La semana pasada demostramos que realmente no mantienes a los cuponeros con tus contribuciones y que casi todas las ayudas del gobierno son federales. Ahora, sin duda hay un grupo de “cuponeros” con quienes sí debes salirte por el techo porque son los vividores de tu cheque.

Les llamo “cuponeros millonarios” porque andan en BMW, van a restaurantes caros y viven en zonas privilegiadas gracias a sus conexiones políticas, las cuales usan para vivir de tu cheque y tu IVU. Recuerdan la frase de Jerome Garffer: que “la tajada mayor” sea para el del partido. Pues así de chupasangre son y así reparten tu dinero.

Y luego se atreven a mirar con menosprecio a quienes hemos recibido cupones. El estilo de vida de ellos es igualmente dependiente de las dádivas del gobierno, con la diferencia de que les llamamos “personas de éxito” por la vida de ricos que se dan aunque son igualmente mantenidas por el Estado.

Entremos en detalle:

En la administración de Sila Calderón y Aníbal Acevedo Vilá se gastaron la ridícula cifra de $7 billones por cuatrienio en contratos del gobierno. En el cuatrienio de Luis Fortuño se gastaron $9 billones. Muchos contratos son necesarios, pero otros son una pantalla para enriquecer a allegados quienes a su vez, para garantizar que siga la jauja, donan a los partidos y que siga la fiesta.

Son tantos que he dividido el asunto en dos columnas porque no sé si viene primero el inversionismo político para fomentar contratos o los contratos para fomentar el inversionismo político. Y es que los partidos se han convertido en una especie de fondo mutuo donde, si aportas en la entrada, recibes contratos de salida. Hoy comienzo por el PNP y en la próxima vamos con los populares.

¿Usted cree que Félix Plaud se fajaba día y noche para conseguir $4 millones en contratos con Educación? Ese muchacho es un cuponero “exitoso”. A continuación un popurrí de gente como él, pero fina. Ballori & Farré cogieron $56 millones para publicidad en la pasada administración. Intelutions, de Ángel Mena y Julio Fuentes, cogió $5 millones de la UPR y $1.5 millones de Educación para instalar un sistema tecnológico cuando la UPRM había hecho un programa análogo que costaba $600,000.

Pedro Ray Chacón, que estudió con Fortuño en la high, cogió $17 millones para diseñar el Gasoducto que nunca se hizo. Carlos Pesquera $2.2 millones por supervisar el Metro Urbano, que todavía no funciona, y la Ruta 66.

No todo son contratos. Por ejemplo, los puestos regionales de las corporaciones públicas como AEE, CFSE, AAA, AEP, ACAA, etc., tienen sueldos y beneficios ridículos como para Abid Quiñones y Ray Cruz, quienes con sólo escuela superior ganaban sobre $100,000 con choferes, carros, etc. Ni decir de Miguel Cordero, que repartió $2 millones en bonos y aumentos de sueldo a sus panas antes de irse de la AEE. Esos chavos te los clavaron en la fórmula de ajuste por combustible.

De Edwin Mundo, Ángel Cintrón y el ahora juez Estrella solo falta decir que les aprovechen los dos millones de billetes.

A Juan Bravo le dieron $900 mil en contratos a su empresa mientras estaba en un resort federal. St. James Security cogió más de $100 millones. Rolando Crespo tuvo un panorama que dio positivo y le dieron $80 mil a través de su esposa. En AFI montaron un piquita que daba la vuelta, entraba un pedido de donativos y salía un contratito para escuelas del Siglo 21. Al ex legislador penepé Pedro Figueroa Costas le dieron $26 millones para ayudar a los botados por Ley 7 a hacer resumés. A Cucusa y a Heidi Wys, JGo les pasó $1.1 millones por mantenerla bien asesorada.

Dennis Medina Rivera cogió $6.3 millones para expropiar las casas de la gente que vivía en la ruta del inexistente gasoducto. De la Cruz & Associates, que le hizo la campaña a Fortuño en 2008 y 2012, cogió $77 millones. Edwin Miranda $62 millones, también por publicidad. Los Guillemard cogieron en uno de sus tantos contratos $5.8 millones por vender seguros. Scherrer Hernández, la gente que sabe de números, contabilizó $13.3 millones en contratos. A Kike Cruz le dieron $6 millones por traer aviones vacíos de España.

Incluso tenemos empleados públicos de más, pero están ahí porque ayudaron al partido. Si solo hubiera los necesarios estarían mejor pagos. Esos también son mantenidos por ti y mira cómo te tratan.

Esto tiene solución: darle todo eso a la UPR para que nuestra academia y estudiantes, correctamente fiscalizados, den esos servicios y transformen a la UPR, de paso haciendo que los estudiantes se ganen las becas. Pero no hay voluntad para cambiar el país.

En fin, no sé si el crimen paga, pero “lamberle el ojo” a políticos es tremendo negocio.