Hasta hace casi una década se creía que la psoriasis era una enfermedad ocasionada por problemas en la piel o la epidermis. Sin embargo, nuevos descubrimientos han apuntado a que se trata de un problema autoinmune (del sistema inmunológico).

No obstante, si bien este conocimiento ha contribuido a dar un paso más en el propósito de brindar a los pacientes mayores alternativas para el tratamiento de este mal, todavía la psoriasis despierta ciertas interrogantes en la comunidad científica. De ahí que aún se destinen esfuerzos a conocer más sobre ella y encontrar el modo de sanarla.

A continuación, el Dr. Alexander Lugo Janer, director de las Clínicas de Dermatología de Procedimiento de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico, habla sobre esta enfermedad para ayudarnos a entenderla mejor.

Para citas con el Dr. Alexander Lugo Janer, 787-274-2244

Conociendo la enfermedad

Qué es

Es una condición crónica de la piel originada por algún problema del sistema inmunológico. Por lo general, se manifiesta en los codos y las rodillas, aunque puede afectar otras áreas del cuerpo, como el cuero cabelludo, la espalda, las palmas de las manos y de los pies. Rara vez se presenta en la cara y el antebrazo.

Sus síntomas

Pueden incluir picor, piel reseca e inflamación. No produce dolor. Los brotes aparecen y desaparecen, pero pueden persistir por mucho tiempo.

A quiénes afecta

Puede afectar a toda persona, pero es más común en adultos mayores de 25 años. No se sabe con exactitud, pero se cree que existe una predisposición genética a padecerla. Esto no significa, necesariamente, que se va a heredar. Sin embargo, si hay un factor de herencia, agentes como el estrés e infecciones pueden ser desencadenantes.

¿Es contagiosa?

La psoriasis no se contagia de una persona a otra. Por lo tanto, tocar la zona inflamada no hará que se manifieste la enfermedad en alguien sano. Del mismo modo, al tocarla, quien la padece no la pasará a otras áreas del cuerpo.

Tratamiento

Muy raras veces se cura. Por lo general, el enfoque de los tratamientos va dirigido a controlar la enfermedad. Entre las alternativas se incluyen medicamentos tópicos (antiinflamatorios en forma de cremas, ungüentos, etc.), orales (pastillas) e inyectables. La prescripción dependerá de la extensión e intensidad de la psoriasis. También, se sugiere tomar rayos solares. Para lugares de clima menos cálido, existe la opción de la fototerapia (irradiaciones de luz ultravioleta).

Para sobrellevarla

Los pacientes con psoriasis pueden sentirse cohibidos por su apariencia y el temor a ser rechazados. En algunos casos, esto los conduce a la depresión y al aislamiento. Es importante seguir las indicaciones médicas para minimizar en gran medida las molestias típicas de esta enfermedad. También, tener paciencia ya que el mejoramiento de síntomas puede demorar días a semanas. Por fortuna, los avances de la medicina moderna ofrecen cada vez más opciones de tratamiento altamente efectivos.