Hay un refrán que afirma que “todo llega a su tiempo”. Así como el árbol da un fruto que no está listo para comer hasta que madura, casi todo en la vida conlleva un proceso de preparación. De la misma manera ocurre con los bebés, quienes necesitan nuestra ayuda para completar su proceso de gestación y nacer a término, esto es, a las 40 semanas.

La doctora Maribel Campos Rivera, neonatóloga del Hospital Auxilio Mutuo, explicó que un bebé prematuro es aquel que nace antes de las 37 semanas. El segmento más alto de nacimientos prematuros —casi el 70 %— ocurre entre las 34 y 37 semanas, lo que se conoce como prematuro tardío.

“En los últimos cinco años se ha logrado reducir la tasa de nacimientos prematuros. Antes era 1 de cada 5, y ahora es 1 de cada 8. Todavía nos queda mucho camino por recorrer, pero vamos avanzando”, afirmó la doctora Campos Rivera.

De igual forma, la neonatóloga indicó que si una criatura llega al mundo antes de tiempo, puede sufrir complicaciones de salud serias, ya que sus órganos no están listos. Algunas de estas complicaciones son: problemas respiratorios, que le obligarán a recibir asistencia tras el colapso de sus pulmones, pérdida de vista o audición, y riesgo de que su pequeño cerebro no esté completamente desarrollado, lo que puede afectarle en la etapa escolar. Asimismo, los nacimientos prematuros son una de las causas principales de mortalidad infantil.

Cómo reducir el riesgo de un nacimiento prematuro

Si estás planificando un embarazo o ya estás esperando un bebé, debes educarte y estar atenta a las señales que podrían indicar que tu bebé podría nacer prematuro:

1. Ten en cuenta tu historial médico

Antes de quedar embarazada, la futura mamá debe conocer si ella nació de forma prematura. De otro lado, el haber tenido partos antes de las 37 semanas de gestación puede ser un factor de riesgo para tener un bebé prematuro. Igualmente, si la madre es adolescente o es mayor de 35 años, está propensa a tener un parto prematuro, por lo que podría beneficiarse de un tratamiento a lo largo del embarazo para reducir dicho riesgo.

2. Examina tu cuello uterino

El funcionamiento de los órganos de la mujer durante el embarazo puede alterarse, incluso mostrar un patrón de cuello uterino incompetente, por lo que debes estar alerta. Mujeres que padecen de esta condición pudieran ser candidatas a un procedimiento conocido como cerclaje o sutura cervical para prevenir que el bebé nazca prematuramente.

3. Ojo con las infecciones y condiciones previas

Una infección de orina o de transmisión sexual que no haya sido atendida correctamente puede tener un rol fundamental en apresurar la llegada de tu bebé. De igual forma, se recomienda controlar condiciones como hipertensión y diabetes antes de planificar un embarazo.

4. Reconoce las señales de alerta en el embarazo

Si sientes algo extraño o fuera de lo normal, llama a tu médico. Algunos de los síntomas que debes velar son: contracciones cada 10 minutos o menos (endurecimiento de la barriga), cambio en el color del flujo vaginal o sangrado, sensación de que el bebé está empujando y ejerciendo presión, dolor débil en la parte baja de la espalda (se confunde con la sensación de evacuar), dolor de barriga con o sin diarrea y dolor menstrual. Debes detener de inmediato la actividad que estés realizando, mantenerte hidratada, descansar y recostarte del lado izquierdo para mantener el flujo de sangre hacia el bebé.

5. Ante todo, ¡cuídate!

Otros factores de riesgo para un nacimiento prematuro son: falta de cuidados prenatales o comenzarlos demasiado tarde, fumar, consumir alcohol o drogas, estrés, estar de pie prolongadamente y ser víctima de maltrato físico, sexual o emocional.

La mejor manera de traer a tu hijo o hija al mundo es procurar que lo haga a término, en su tiempo justo. Habla con tu médico sobre los riesgos de un parto antes de las 40 semanas y el cuidado de un bebé prematuro.