Para la noche inaugural de la temporada 2016-17 de la NBA, recién concluida con el campeonato de los Warriors de Golden State, había una cifra récord de 113 jugadores internacionales de 41 países activos e inactivos en los rosters de los 30 quintetos.

Y las condiciones para eso comenzaron a gestarse hace 25 años con un equipo que ni en sueños se hubiese imaginado nadie, que nunca había sido visto y que quizás nunca más vuelva a ser visto: se le conoció como el ‘Dream Team’.

El 28 de junio de 1992, en el Torneo de Las Américas efectuado en el Memorial Coliseum de Portland, Oregon, Estados Unidos presentó el más famoso combinado en la historia del baloncesto, y quizá en la historia de todos los deportes, cuando juntó en cancha por primera vez a los mejores jugadores de la National Basketball Association (NBA), muchos de ellos en el mejor momento de sus respectivas carreras, para ‘buscar’ su boleto a las Olimpiadas de Barcelona 92, que se celebrarían un mes después.

Los armadores Earvin ‘Magic’ Johnson y John Stockton, los escoltas Clyde Drexler y Michael Jordan, los aleros Larry Bird, Scottie Pippen y Chris Mullin, los delanteros  Charles Barkley, Karl Malone y Christian Laettner, junto con los centros David Robinson y Patrick Ewing, conformaron el llamado ‘Dream Team’ inicial, que como era de esperarse ganó invicto el torneo en Portland, considerado como preolímpico, y se convirtió en el centro de atención de Barcelona 92. Laettner fue el único jugador colegial de ese grupo.

“Para mí fue una cosa grandiosa el poder estar cerca, en la misma cancha, viéndolos jugar”, dijo Raymond Dalmau, dirigente del quinteto boricua que jugó en Portland. “Algunos de ellos eran de los mejores jugadores en la historia del baloncesto. Jamás habrá un equipo como ese”.

Dalmau y Puerto Rico tuvieron el ‘honor’ de ser el equipo que por menos puntos perdió con el ‘Dream Team’ en Portland, ya que en semifinales se toparon y los estadounidenses dominaron 119-81.

Pero desde el primer enfrentamiento, con Cuba, ni Puerto Rico ni los cubanos tuvieron mucho que hacer allí, pues el demoledor equipo estadounidense, con su superioridad atlética, preseó todo el tiempo toda la cancha y repartió palizas de 136-57 a Cuba; 105-61 a Canadá; 112-52 a Panamá y 128-87 a Argentina en la ronda preliminar.

En la final, Estados Unidos apabulló a Venezuela por 127-80. Los suramericanos tenían como piloto al mentor boricua Julio Toro.

“Tuve el honor de dirigir ese torneo como presidente de COPABA (Conferencia Panamericana de Baloncesto) y me tocó premiar al ‘Dream Team’ y a Toro y a Venezuela, que llegaron segundos”, recordó Jenaro ‘Tuto’ Marchand. “Aquel torneo fue una maravilla con asistencias espectaculares, a nivel de que le gente no cabía en Portland. Se llenaba aunque no jugara el ‘Dream Team’, y cuando lo hacían, tres horas antes la cancha ya estaba llena”.

Y ese fue solo el comienzo del asedio a los integrantes del ‘Dream Team’, que en Barcelona fue el punto más brillante de las justas mundiales.

El excentro puertorriqueño José ‘Piculín’ Ortiz no recuerda con exactitud a quien le tocó ‘gardear’ en el encuentro contra el ‘Dream Team’ en Portland, si a Robinson o a Ewing.

“A uno de ellos dos fue, pero allí podías ‘matchear’ de muchas maneras y con ellos no había forma. Era un súper equipo. No había ninguna posición fácil para ningún equipo. Ha sido el máximo equipo en una cancha. Y si tratamos de comparar el original con los que hubo en adelante…olvídate de eso”, manifestó Ortiz.

Este alabó la decisión de los estadounidenses de tomarse fotos con los integrantes de los demás equipos al final de cada juego, aunque afirmó que “yo no fui, pero no deja de ser un orgullo jugar y codearse contra jugadores de ese calibre”.

Una anécdota que recordó fue de la vez que el equipo estadounidense decidió ir al cine, pero por el asedio de la fanaticada, para poder conseguirlo tuvieron que pagar para que les cerraran el cine y poder estar ellos solos viendo la película.

Igual dijo que pudo compartir y bromear un poco con Stockton y Malone, el dinámico dúo que por muchos años lideró a los Jazz de Utah, equipo de la NBA para el que Ortiz jugó entre las temporadas de 1988-89 y 1989-90. 

“Fui parte del origen de la llegada de jugadores extranjeros en la apertura la NBA. Creo que para ellos fue un ‘plus’ porque han ganado fanaticada, muchos países que les siguen en el negocio, que siguen los juegos, pero más que nada, todo eso le dio la oportunidad a jugadores del mundo a mejorarse y buscar superarse para buscar estar a un nivel mucho mayor”, manifestó Piculín.

Así, el legado del ‘Dream Team’ se reafirma cada vez que jugadores como Tony Parker (Francia), Dirk Nowitzki (Alemania), Pau y Marc Gasol (España), Emanuel Ginóbili (Argentina), Al Horford (República Dominicana) o Kristaps Porzingis (Letonia) cumplen su sueño de jugar en la NBA.