Sevilla, España – En el vestíbulo del hotel, Daniel Santiago camina por los pasillos y le extiende la mano a un jugador griego que se le cruza en el camino. Más adelante también saluda a un croata, y luego se detiene y conversa con el argentino Walter Hermann.

Muchos jugadores parecen conocer a Santiago con una larga carrera en el baloncesto internacional. Ahora, el veterano pívot se prepara para decirle adiós a la Selección Nacional, después de esta Copa Mundial y parece estar despidiéndose de buenas amistades. 

Han sido 18 años vistiendo el uniforme nacional adulto desde su debut en las Olimpiadas de Atlanta 1996. Santiago ha estado presente en el conjunto en casi todos los veranos y ahora, a los 38 años, cree que llegó el momento de tomar otro rumbo en su carrera. Está decidido que España 2014 será su última competencia con el combinado.

¿Hay nostalgia al saber que esta será tu última competencia?, se le preguntó. “Claro que sí”, respondió.

“Obviamente un día tenía que llegar, pero parece que llegó muy rápido. Disfruté muchas victorias importantes en mi carrera. Tengo buenos recuerdos. Fui muy bendecido de jugar con grandes jugadores y aprender mucho. También la Selección me ha permitido tener muchas amistades. Hasta con amistades de Australia hablo por el tema de la Selección”, agregó el pívot con experiencia en las ligas de España, Italia, Turquía, Argentina y Bélgica, logrando títulos importantes con los clubes Barcelona, Unicaja y Roma.

Santiago cerrará su carrera en el seleccionado con un detalle relevante: se convertirá en el primer jugador puertorriqueño con cinco apariciones en Mundiales. Hasta ahora estaba empatado con José ‘Piculín’ Ortiz con cuatro. Hoy, ante Argentina, Santiago alcanzará una nueva marca.

“Nunca pensé que fuera a jugar tanto. Han pasado 18 años y estoy contento con mi carrera. Estoy satisfecho con todo el trabajo que he hecho en estos años”, apuntó.

Su primera aparición en un Mundial fue en el 1998 en Grecia. Posteriormente, jugó en Indianapolis 2002, en Japón 2006, y en Turquía 2010. En el resumé de Santiago también aparecen dos Olimpiadas, 1996 Atlanta y 2004 Atenas.

En la primera parte de su carrera, Santiago fungió como suplente de Piculín Ortiz. Y tras el retiro de Piculín en el 2004, entonces tuvo un mayor rol antes de compartirlo con Peter John Ramos en los pasados años. Siempre ha sido un pívot valioso con un alto conocimiento del juego.

¿Cuál ha sido tu mejor momento en el seleccionado?, se le cuestionó.

“El mejor momento individual lo tuve en Indianapolis. Fue un torneo muy bueno para mí y para el equipo. Fue muy lamentable que estuvimos cerca de clasificar a la semifinal y luchar por una medalla, pero no se pudo. Son cosas que suceden en el baloncesto”, contestó el veterano jugador, cuyo conjunto en esa competencia alcanzó la séptima posición, después de sufrir un doloroso revés en los cuartos de final ante Nueva Zelanda.

Santiago llega a este torneo con la esperanza de tener un mejor sabor en comparación a los últimos dos Mundiales. En Japón y en Turquía, el canastero experimentó el amargo sabor de la temprana eliminación en la ronda inicial. Ahora quiere terminar su carrera con una gesta histórica: una medalla.

Puerto Rico nunca ha ganado una medalla en un Mundial. Y en el papel, las posibilidades de un metal en este certamen lucen mínimas. “Sería bueno ganar una medalla para Puerto Rico. Espero que podamos aprovechar esta oportunidad. No será un grupo fácil”, dijo en referencia de Grecia, Croacia, Argentina, Senegal y Filipinas en el Grupo B.

“Pero tenemos una buena oportunidad de avanzar a la segunda ronda”, dijo.

Santiago aún no sabe con certeza si esta competencia será la última de su carrera como baloncelista profesional. Dijo que evalúa la posibilidad de retornar al Baloncesto Superior Nacional (BSN) y jugar una última temporada.

En la pasada temporada militó con los Cangrejeros de Santurce. Firmó un contrato de una temporada.

“Ahora mismo no sé. No estoy seguro. Tengo que ver cómo van las cosas en Estados Unidos. Estoy buscando una manera de cambiar mi carrera. Me gustaría seguir jugando, pero no es así. Tengo que ver si surge otra oportunidad como coach u otra cosa con el baloncesto. Si no surge algo, entonces tendré que pensar en otra temporada en el BSN”, dijo.

“Tengo que tomar grandes decisiones en los próximos meses y dejo todo en las manos de Dios que siempre me ha ayudado en cada situación. Y a Él le doy toda la gloria por ayudarme a usar mi talento, porque sin Él no hubiera alcanzado tanto en mi carrera”, terminó diciendo.