Quebradillas. ¡Jaque!

Los Piratas de Quebradillas tiraron un recital desde la línea de tres puntos en la primera mitad y aguantaron un furioso empuje de los Leones en la segunda fase para derrotarlos el jueves en la noche, frente a casa llena en el coliseo Raymond Dalmau  para así colocarse a una sola victoria del campeonato del Baloncesto Superior Nacional.

Quebradillas, que no gana un título del BSN desde 1979, se puso al frente 3-1 en la serie final y ahora tendrá tres turnos al bate para completar la misión, incluyendo su visita al auditorio Juan “Pachín” Vicéns de Ponce el sábado para el quinto juego.

Pero si aspiran a celebrar con champán el sábado, más vale que repitan la primera mitad del jueves en la noche y no la segunda.

Durante los 20 minutos iniciales, los Piratas jugaron con una energía y una puntería colectiva que aún no se había visto en la serie, con todos los componentes de su equipo aportando ofensivamente desde todas las esquinas y enfatizando en el pase extra para acribillar la defensa en zona de los Leones.

Liderados por una ofensiva de 18 puntos en la primera mitad de Kevin Lisch y una efectividad de 60 por ciento en tiros a distancia  a nivel colectivo (12-20), los Piratas llegaron a escaparse al frente por hasta 25 puntos, 58-33, luego de un bombazo de Ricky Meléndez que les dio una ventaja imponente  de 25 puntos, 58-33, restando 3:16 por jugar en la primera mitad.

Los jugadores de Quebradillas metían la bola hasta de espaldas de media cancha y con los ojos cerrados. Todo les salía bien y la fanaticada estaba delirante.

No obstante, los Leones se negaron a quitarse y en la segunda mitad dieron una gran lección de gallardía al fajarse de punta a punta en la cancha defensivamente para reducir su déficit poco a poco, presionando con doble cobertura constante a Lisch y limitando los tiros cerca del aro de los Piratas.

Así las cosas, Ponce redujo su desventaja a solo 12 puntos para el final del tercer parcial, 79-67. Pero ese fue solo el comienzo, pues los Piratas ya no jugaban con la misma confianza que al principio del juego y los Leones se veían crecidos.

Ponce entonces se pegó por cuatro puntos, 88-84, con triple de Romel Beck con 38 segundos en el pizarrón, pero los Piratas aguantaron el empuje. Con Ponce obligado a dar faltas personales para detener el reloj, Lisch atinó tirada libre con 11.2 segundos que les dio ventaja a los Piratas, 90-86, y puso el triunfo en caja de seguridad.

“Tiramos un juego de ensueño en la primera mitad, donde todo fluía en ofensiva y el pase extra era la orden del día para tener tiros abiertos”, dijo el dirigente de los Piratas, Carlos Calcaño.

“Pero en la segunda vimos al equipo de Ponce que conocemos, uno que defiende muchísimo y que puso mucha presión defensiva. Nos salimos de ritmo de juego, cometimos 15 turnovers cuando veníamos de solo siete en el pasado juego y permitimos que terceras voces como Rick Apodaca y Romel Beck los metieran en juego a pesar de que pudimos controlar a Mike Harris. Fue un juego duro al final”.

Esta es la primera vez desde 1980 que los Piratas ganan tres juegos en una serie final.