Eddie Casiano ya dijo que aspira a ser dirigente del Equipo Nacional de Puerto Rico y el nombre de Rolando Hourruitiner también ha sonado por ahí.

Pues en lo que refiere al capitán del equipo, el base Carlos Arroyo, ambos tienen su total endoso.

Así lo hizo saber Arroyo a Primera Hora esta semana luego de conocer sobre el proceso que se lleva a cabo en la Federación de Baloncesto de Puerto Rico para escoger a un gerente general esta semana y a un dirigente dentro de las primeras dos semanas del mes de febrero.

“Sé que se hablado de abrirle las puertas a Eddie y a Rolando. ¡Y tienen mi voto un millón por ciento!”, escribió Arroyo vía correo electrónico. 

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“Ambos tienen la experiencia para cambiar la cultura de nuestro equipo. A la mismo vez son gran parte de la historia de nuestra selección. Con Rolando compartí momentos inolvidables en mi carrera (en el Equipo Nacional y en cuatro de cinco campeonatos del Baloncesto Superior Nacional con los Cangrejeros de Santurce). Y junto a Eddie, (además de Rolo,) logré celebrar el momento más histórico de nuestro baloncesto (al vencer al ‘Dream Team’ de Estados Unidos en Atenas 2004). ¡Les guardo mucho respeto!  Y conociendo a Julio (Toro) y a Flor (Meléndez), sé que ambos darían su voto al igual que yo de darle la oportunidad a Eddie y a Rolando. Al final del día ambos han sido estudiantes de la escuela de Julio y Flor”.

En términos de su participación en los Juegos Panamericanos en Toronto, Canadá y/o en el Preolímpico de Las Américas en Monterrey, México, Arroyo dijo estar aún “indeciso” aunque su sueño personal siempre fue retirarse de la selección luego de una olimpiada.

No es secreto que Arroyo se quedó con un mal sabor en la boca al cierre de la pasada Copa del Mundo FIBA cuando la Federación de Baloncesto boricua emitió un comunicado de prensa en el que cuestionó que el isleño no jugó en los partidos finales del equipo en el torneo pese a que médicamente, según citaron, no tenía excusa para no jugar. Posterior al comunicado, y durante todo el do torneo, el Dr. Luis Molinary enfatizó que sólo el jugador podía determinar si podía jugar o no dependiendo su sentir sobre el área lastimada durante el segundo partido de Puerto Rico en el torneo. 

Por lo pronto, Arroyo se concentra de lleno en su desempeño con el club Galatasaray en Turquía en búsqueda de su tercer cetro allí y en la Euroliga, donde figuran con marca de 2-2 en el Grupo E en la Ronda de 16.  

“Hemos estado peleando con nuestra inconsistencia en lo que va de temporada. Sí en esta segunda fase de la temporada logramos ganar partidos importantes en la carretera entiendo va ayudar mucho nuestra identidad como grupo. Sin duda nuestra unión de equipo en el camerino es excelente. Por lo que sé y confío que tenemos grandes posibilidades de volver a llegar a los Top 8 de la Euroliga y nuevamente una final en la liga de Turquía”, afirmó Arroyo, que viene de ser nombrado el Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas en Turquía y que promedia allí 15.8 puntos y 5.1 asistencias.

Para lograr sus metas, el equipo debe seguir integrando a sus nuevos pívots Patric Young y Aleks Maric y mantenerse saludables, algo que ha afectado también el desempeño del quinteto esta temporada. Esto sin mencionar el jugar concentrados a sabiendas de los problemas financieros que el equipo está atravesando esta campaña.

“Siendo el base del equipo por los últimos tres años siento gran responsabilidad. No necesariamente por ser el capitán, si no por qué sinceramente estoy bien comprometido con el Galatasaray y sus fanáticos. No es un secreto los problemas financieros que atraviesa el Galatasaray. A la misma vez todos esperamos que la situación mejoré y confío que así será. Este club fue fundado en el 1905 y vivirá por siempre en mi opinión”, dijo Arroyo.

No se arrepiente de irse de la NBA

Algo que muchos fanáticos han cuestionado es el porqué Arroyo decidió marcharse a Europa mientras aún tenía opciones y juventud para mantenerse un tiempo más en la NBA.

La razón es simple. En Europa se siente contento. 

“Nunca vi mi decisión de jugar en Europa como una oportunidad de dejarle ver ial mundo que merecía una mejor oportunidad en la NBA. Sinceramente, en aquel momento lo vi como un renacimiento. En mis nueve años que jugué en la NBA nunca me sentí satisfecho con mi juego, sacando aparte mi segundo año en Utah”, confesó Arroyo. 

“En mis últimos años perdí mucha confianza, Me encontraba siempre decepcionado con mi tiempo de juego, tentativo en mi toma de decisiones y nunca jugué mi juego. Sin quitarle crédito a mi carrera por todos mis esfuerzos y sacrificios lo que viví no era por lo que yo quería que mi legado fuese recordado. Desde niño encontré un amor inmenso por este deporte y quise siempre ser recíproco”. 

(Noel Piñeiro contribuyó con esta historia)