Probablemente nadie quería jugar más en el séptimo partido de serie final de la liga de Turquía el jueves entre Fenerbahce y Galatasaray que el boricua Carlos Arroyo, quien buscaba su tercer título en ristra allí.

Pero ante la decisión de Galatasaray de no presentarse a jugar en protesta por alegadas irregularidades  por parte de la Federación de Baloncesto de Turquía en el manejo de los disturbios ocurridos en el quinto juego en Ulker, entre otras cosas, Arroyo y sus compañeros de equipo se quedaron con las ganas de dilucidar su suerte en cancha.

“Honestamente, me siento algo incompleto y un poco decepcionado por cómo todo terminó. Pero no tengo otra alternativa que aceptar lo sucedido y seguir la vida, esperanzado de mejores cosas en el futuro”, dijo Arroyo en entrevista por YouTube.

“Fue un torneo bien fuerte... Pero me disfruté cada momento, cada oportunidad que me fue brindada, y el haber podido compartir mis logros con mis compañeros de equipo. Le doy muchas gracias a nuestra leal fanaticada, que nos apoyó en las buenas y en las malas y muy a pesar de todas las lesiones que el equipo sufrió esta temporada. Siempre continuaron apoyándonos y nunca se quitaron. Siempre creyeron en nosotros. Eso nos motivaba cada noche que jugábamos. Estoy orgulloso de este club y de los fanáticos que tenemos”.