BIELLA, Italia. – José Juan Barea está de aniversario en el Equipo Nacional adulto.

Está cumpliendo 10 años con el seleccionado desde su debut en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Cartagena, una competencia que, según él, marcó su carrera baloncelística.

 Este verano, Barea dijo presente nuevamente en el combinado a pesar de atravesar un proceso de rehabilitación de la rodilla derecha, la cual fue operada a finales de abril. Y en medio de un contrato de $16 millones y cuatro temporadas, el base de los Mavericks de Dallas se reportó a los entrenamientos desde el primer día a principios de julio en otra demostración de su pasión y compromiso para vestir el uniforme nacional.

Participó en el Torneo Centrobasket de Panamá y fue seleccionado el Jugador Más Valioso al guiar a los boricuas a alcanzar la medalla de oro ante México en la final. Y de ahí se trasladó a Italia para participar en dos fogueos de cara al Repechaje Olímpico de Belgrado a partir del próximo lunes.

En Belgrado, Barea anhela conquistar el pase a las Olimpiadas de Río 2016 y dejar atrás las derrotas sufridas en eventos de envergadura como los Preolímpicos, Repechajes Olímpicos y en los Mundiales (donde no han avanzado de la primera ronda). Con un título de la NBA con Dallas, Barea dijo que solo le falta esa participación olímpica.

En esta década, Barea, de paso, solo se ausentó a un torneo: el Premundial 2009 efectuado en Puerto Rico. No jugó por una seria lesión en el hombro izquierdo. En las demás competencias ha dicho presente y, según él, ha disfrutado cada experiencia sin importar el resultado. Vive agradecido de esta oportunidad de representar a su tierra y no lamenta ninguno de los resultados en el seleccionado.

Sobre su paso por el equipo adulto –después de una exitosa travesía en las selecciones juveniles- Primera Hora conversó con Barea.

¿Estás consciente de que este verano cumples 10 años en el Equipo Nacional adulto?

Sí, lo he pensado. Mi primer torneo fue en Cartagena en el 2006 y nunca lo voy a olvidar. También fue el año en que llegué a la NBA (con Dallas). Ha pasado muy rápido.

¿Cómo puedes describir esta década en la Selección?

Ha sido tremenda. Una experiencia increíble, viajando el mundo. Y conocer lo importante que es esto para la fanaticada de Puerto Rico. Todas las altas y bajas que hemos tenido como equipo me han ayudado como jugador. He jugado como para cinco o seis coaches y he aprendido un poco de todos ellos. También ha sido espectacular compartir con diferentes compañeros todos los años. Cuando pequeño no me imaginaba que iba a tener esta oportunidad. Lo he disfrutado al máximo. Y en las buenas y en las malas, las hemos pasado superbién. Nunca voy a olvidar estas experiencias.

Debutaste con el pie derecho en la Selección adulta al vestirte de héroe en Cartagena con el canasto de la victoria en el partido por la medalla de oro. ¿Cuán especial fue ese momento en tu carrera?

Es un canasto que nunca voy a olvidar. Esa experiencia de ganar la medalla de oro, la celebración con mis compañeros y la confianza que me dio para mi futuro como baloncelista. Mi baloncesto en la Selección adulta y en la NBA comenzó con ese canasto.

¿Puedes considerar ese momento en Cartagena como el mejor en estos 10 años en la Selección?

He tenido otros buenos momentos. Ese fue el primero. Entiendo que hemos ganado torneos y juegos importantes. Recuerdo el de Venezuela, que estábamos 20 puntos abajo en la primera mitad y luego ganamos. Hemos podido ganar juegos difíciles que no esperábamos ganar. El de Cartagena fue el primero y uno bien importante para mí.

Cuando llegas a la Selección en el 2006 y te unes a Carlos Arroyo en el perímetro se creó una expectativa de mayores triunfos en los años siguientes del combinado. Sin embargo, no ha sido así al tomar en consideración los resultados en los últimos dos Mundiales con eliminaciones en la primera ronda y dos Olimpiadas sin clasificar (2008 y 2012). ¿Sientes alguna decepción por estos resultados?

Personalmente, siempre he dado lo mejor de mí. Cuando llegamos a Mundiales y a juegos por clasificar a las Olimpiadas sabemos que el nivel es bien fuerte. Hemos estado cerca de clasificar a las Olimpiadas. Recuerdo los juegos ante Argentina (Preolímpico 2011) y Alemania (en Repechaje de Grecia 2008) que nunca estuvimos completos. No tuvimos mucha suerte, pero llegamos ahí. Y a los Mundiales hemos clasificado. No siento decepción por nada en mi carrera en la Selección. Todo ha sido positivo. Sí me gustaría llegar a unas Olimpiadas, pero si no se da seguiré igual de contento con mi experiencia en el Equipo Nacional.

¿Qué crees que les ha faltado para alcanzar esa victoria grande en los clasificatorios olímpicos y en los Mundiales?

Muchas cosas. La suerte es una de ellas. Tampoco hemos tenido consistencia. Cambiamos (los dirigentes) casi todos los años y la liga del BSN terminando muy tarde no les permite a los jugadores unirse (saludables) a la Selección. Pero entiendo que hemos estado ahí. Hemos tratado. Los jugadores y los coaches hemos hecho todo lo posible, pero a veces no se da…

Este verano tuviste la oportunidad perfecta para ausentarte del Torneo Centrobasket en Panamá, cuando vienes de una operación en la rodilla derecha en medio de un contrato de $16 millones y cuatro años con los Mavericks. Pero te reportaste desde el primer día a los entrenamientos y jugaste en un torneo de segundo nivel. ¿Cuánta es la pasión de José Juan Barea por vestir el uniforme nacional?

Lo veo de esta forma: Puerto Rico me ha dado todo. Aprendí a jugar baloncesto en Puerto Rico y para mí es importante representar a Puerto Rico. Quizás, el Centrobasket no era tan importante, pero me encanta jugar. No vaya a ser que a los 40 años quiera jugar. Así que es mejor sacarlo ahora todo del sistema. No hay nada como ponerse esa camiseta de Puerto Rico. Nada se compara. Ni de la NBA con Dallas. Uno se pone esa camiseta con pasión y saca energía donde no la hay. Es importante que la juventud lo vea y que mi hijo (Sebastián) también. Si algún día lo veo con esa camiseta sería algo impresionante. Esto es todo para mí.

¿Crees que ese compromiso de representar a Puerto Rico ha mermado en los últimos años?

Puede ser que haya bajado un poco, pero me pongo en la posición de algunos jugadores. A veces es difícil para algunos de ellos porque juegan en otros países y luego continúan jugando en el BSN. Acaban tarde y luego tienen que irse a representar al país. Los entiendo. Y cuando deciden no jugar en el verano, no me puedo molestar con ellos. Es difícil hacerlo todo el tiempo.

¿Cuánto anhelas ese boleto olímpico a Río?

Eso sería todo en mi vida. Ya gané un campeonato en la NBA, he jugado en la liga de Puerto Rico, en Mundiales, y me faltarían unas Olimpiadas. Estamos haciendo todo lo posible por llegar. Sería lo ‘top’.

Con 32 años, ¿has pensado que esta sería tu última oportunidad para unas Olimpiadas o contemplas seguir activo hasta los 36 años para tratar de jugar en las de Japón 2020?

He pensado que este verano puede ser uno de los últimos ante los cambios de la FIBA en los próximos torneos. Será más difícil jugar en el equipo (por las fechas de las ventanas que van a confligir algunas con el itinerario de la NBA). Pero siempre dejo las puertas abiertas para otras Olimpiadas. Con 36 años, si estoy saludable, voy a seguir jugando y se puede tratar de nuevo. Falta mucho para eso.

Vimos a tu hijo Sebastián cargando la medalla de oro en medio de la premiación del pasado Centrobasket en Panamá. ¿En qué manera estás tratando de envolverlo en este ambiente?

Quiero envolverlo lo más que pueda en mi mundo. En la NBA también lo llevo al camerino para que vea ese mundo y cuando sea grande vea las fotos de esas experiencias. Ahora en el Centrobasket fue espectacular para mi familia y para mí. A mí me encanta el mundo del atleta por todo lo que trae: disciplina y confianza en uno mismo. Y mientras más pueda envolverlo en mi mundo lo voy a hacer.

¿Le gusta el baloncesto?

Le gusta de todo. Le gusta estar en la cancha y ver los juegos. Y ahora también le encantan los Ninja Turtles (sonríe). Pero lo que a él le guste, lo voy a estar apoyando.

¿Y cómo está la hija menor, Paulina?

Está superbién. Ya me hace mucha falta. Llevo como 20 días sin verla. Está saludable y es lo más importante.

Por último, ¿qué te motivó a desarrollar un programa para restaurar las canchas de las escuelas públicas del país?

Fue una idea que pensamos hace tiempo y lo hemos podido combinar con la ayuda de FIBA-Américas y del Departamento de Educación. Cuando estudié en la Academia de la Inmaculada (en Mayagüez), para mí lo más importante era la cancha. Salía a las 2:30 p.m. y ya estaba metido allí. Y pensar que un niño no tenga una cancha es horrible. Así que poco a poco hemos ido ayudando para que puedan ofrecer clases de Educación Física. Llevamos cinco canchas y es impresionante la cantidad de solicitudes. Es mucho más de lo que pensaba. Vamos a seguir ayudando.