Esta temporada ha sido una de cal y una de arena para el base  boricua José Juan Barea.

Por un lado está teniendo el mejor desempeño individual de su carrera enebeísta tras promediar 17.2 puntos, 5.2 asistencias y 3.5 rebotes en 33:45 minutos por juego con los Mavericks de Dallas pero, sin embargo, su equipo apenas juega para 1-5 luego de transcurridos los primeros seis partidos de temporada.

De hecho, esa única victoria fue alcanzada el domingo gracias, en gran parte, al propio Barea, quien aportó 21 puntos, seis asistencias y cinco rebotes en la friolera de 46 minutos (solo descansó siete) para ayudar a Dallas a ganar, 86-75, ante los Bucks de Milwaukee en tiempo extra. En ese triunfo, el alero Harrison Barnes tuvo la mejor noche ofensiva de su carrera con 34 puntos y Barea aportó cinco tantos y una asistencia crucial en la sesión adicional para salir por la puerta ancha.

¿Pero podrán darle continuidad a esa victoria a pesar de un itinerario que ahora incluye seis de siete partidos en la carretera empezando hoy con los Lakers de Los Ángeles y que también incluye viajes a Golden State, Boston y San Antonio?

Para ello necesitarán de un esfuerzo defensivo similar al desplegado ante los Bucks, pues previo a ese desafío habían permitido 106.2 puntos por juego.  

“Hemos estado dando la batalla en otros juegos pero hemos cometido demasiados errores. Creo que defensivamente lucimos muy bien cuando evalúas el partido completo. Esa fue la diferencia”, dijo el dirigente Rick Carlisle en la conferencia de prensa post-partido de los Bucks.

“Estos juegos han sido bien físicos. Han sido algo feos porque ha sido difícil conseguir tiros abiertos. Pero en la situación que estamos, esas son cosas que tendremos que hacer para tener oportunidad de ganar”.

El novato alero Dorian Finney-Smith, que apenas jugó cuatro minutos en los primeros cinco partidos de Dallas, estuvo en cancha por 32 minutos, tuvo tres de los 12 cortes de balón de Dallas y fue quien defendió a Giannis Antetokounmpo cerrando el juego. Barnes también tuvo un rol defensivo significativo junto a Wes Matthews, limitando a Jabari Parker a solo dos puntos en los últimos 33 minutos de acción. 

Esas caras jóvenes serán las llamadas a ejecutar, particularmente con el veterano Dirk Nowitzki lastimado de su tendón de Aquiles derecho y con el base Deron Williams jugando a ‘medio pocillo’ con sus rodillas de cristal.

Por un lado, Barnes debe asumir un  rol de principal bujía ofensiva a pesar de haber sido la cuarta opción en Golden State por las pasadas tres temporadas. Y por otro lado, jóvenes como Finney-Smith, el canadiense Dwight Powell y el jugador de segundo año Justin Anderson tienen mayor responsabilidad en la defensa colectiva.

“En el pasado hubiese asumido una actitud más ‘suicida’ pero era porque teníamos un equipo más veterano. Ese no es el caso en este momento”, dijo el dueño de los Mavericks, Mark Cuban al portal Sports Day.

“No es como que no tenemos una buena base de jóvenes, unos cimientos. No es como que nos quedamos con un montón de jugadores de 38 y 39 años alrededor de Dirk y no tenemos nuestros turnos futuros del sorteo (NBA). Simplemente creo que este equipo no ha encontrado su identidad aún y están encontrando sus roles. Debido a que ha habido jugadores entrando y saliendo (por lesiones) no hubo mucho tiempo para trabajar juntos en pretemporada y eso nos ha afectado. Además, hemos tenido que irnos más joven más rápido y eso ha hecho el camino más difícil”.

Sus selecciones del sorteo han sido malas

No obstante, la realidad es que Dallas pudo haber estado en mejor posición en este momento si hubiesen hecho una mejor labor en el sorteo de la NBA y si no hubiesen sacrificado tantos turnos durante los canjes que han realizado en los pasados siete años.

Busque en la plantilla actual de Dallas y verá que entre sus 15 jugadores hay solamente uno que fue una selección de primera ronda del equipo en los pasados 10 años: el alero Anderson, reclamado en el 2015. El resto son jugadores adquiridos vía agencia libre o canjes.

Hay que darle crédito a la gerencia de Dallas por saber encontrar gemas escondidas que suelen escapársele a los escuchas durante el sorteo de NBA, como fue el caso en el 2006 con Barea y, posteriormente, con otros como el  canadiense  Powell en el 2015 y ahora en el 2016 con Finney-Smith.

Pero la realidad es que con el sorteo como tal, los escuchas de los Mavericks han hecho una labor digna de un principiante. Si fueran peloteros de Grandes Ligas estarían bateando por debajo de .100 de promedio.

En primer lugar, muchas veces la gerencia ha optado por hacer canjes en los que incluyen sus turnos de primera ronda, lo cual los dejaron selecciones de ronda inicial en los sorteos de 2010, 2012, 2014 y 2016, siendo el más reciente el fatídico cambio con Boston por Rajon Rondo, que les costó el turno de este año (número 16).

Pero lo peor es que cuando sí han tenido turnos, las selecciones han sido pésimas. Por ejemplo, en el 2009 se fueron con el siempre lesionado base Rodrigue Beaubois por encima de otros como Danny Green, DeMarre Carroll o Taj Gibson a pesar de que tenían a Jason Kidd y a Barea de armadores en la nómina ese año.

Luego en 2011 escogieron a Jordan Hamilton por encima de Jimmy Butler, Cory Joseph y Bogdan Bogdanovic. Hamilton nunca pudo establecerse en la liga. 

Después en el 2013 y necesitando un centro urgente, optaron por el decepcionante base Shane Larkin cuando aún estaba disponible Rudy Gobert y Gorgui Dieng. Larkin fue eventualmente parte de un canje a Nueva York que trajo a  Tyson Chandler de regreso por una temporada.

Al menos Dallas sí posee sus turnos futuros del sorteo pues no ha halado el gatillo para desprenderse de ellos todavía. Si no llegan a playoffs esta campaña podrían tener boleto de lotería para el premio grande, que será el delantero freshman de la Universidad de Kansas, Josh Jackson.