Sevilla, España. Las hojas del almanaque pasan muy rápido. Carlos Arroyo lo puede asegurar. Para él parece que fue ayer cuando apareció en un primer Campeonato Mundial hace 12 años, en Indianápolis, con la Selección Nacional.

Aquel fue su segundo año en el combinado, tras debutar en el torneo Premundial del año anterior. Y ahora saca cálculo, a sus 35 años, y está claro que va camino a su última aparición en un Mundial en su carrera. La próxima Copa del Mundo sería en el 2019 y Arroyo no se ve corriendo en la cancha a los 40 años.

“Obviamente, hay que enfrentar la realidad. Hay una pelea constante con el tiempo, así que estoy tratando de aprovechar y disfrutar cada segundo. Esta vida profesional pasa bien rápido y me siento contento con lo que he podido lograr con el equipo”, expresó Arroyo ayer en tono reflexivo.

“Los otros días miré a (Stephen Curry) en Nueva York y recuerdo que jugué con su papá (Dell) en Toronto, y él iba a la cancha a tirar. El chamaquito tirando y su papá y yo enfocados en el juego. Ahora, él es una pieza importante de Estados Unidos. Son cosas que chocan a uno en el momento”, relató el ex jugador de la NBA.

El armador fajardeño irá a su cuarto certamen mundialista. Debutó en Indianápolis 2002, seguido de Japón 2006 y de Turquía 2010. En el grupo, es el segundo jugador con más Mundiales, detrás de Daniel Santiago, con cinco.

En Indianápolis, Arroyo vivió el mejor momento de todos, cuando el quinteto estuvo a ley de una victoria para colarse entre los mejores cuatro del mundo y así igualar la gesta del Mundial del 1990. Pero sufrió un doloroso revés ante Nueva Zelanda, y el conjunto se conformó con un séptimo lugar.

Los siguientes dos Mundiales fueron para olvidar. En ambos, Puerto Rico falló en clasificar a la segunda ronda. Y en el último de Turquía, Arroyo apenas pudo participar en un encuentro debido a una lesión.

Ahora en España, el estelar canastero quisiera cerrar este ciclo mundialista con un mejor sabor.

Hora de mejorar

Arroyo cree que ya es tiempo de alcanzar otro logro contundente y no seguir viviendo del recuerdo del triunfo sobre el ‘Dream Team’ en las Olimpiadas de Atenas hace 10 años. Y su mensaje fue contundente.

“Tenemos que hacerlo mejor y colocarnos en una posición más respetada. Estar entre los mejores cinco y luchar por una medalla”, dijo Arroyo.

“Es tiempo de entender que no podemos seguir viviendo del pasado. Después de las Olimpiadas no hemos hecho nada, manteniendo la esperanza del verano que viene, del verano que viene. No podemos despreciar el apoyo del pueblo. Hay que competir en la manera correcta y darle alegría al pueblo. Hay que parar de hablar y darnos a respetar entre los mejores (en este Mundial)”, abundó Arroyo, quien también ha visto al conjunto fallar en clasificar a las últimas dos Olimpiadas.

El retiro se acerca

El tiempo de Arroyo en la Selección está contado. Ya sabe que está a las puertas de finalizar su carrera. Probablemente, si la salud se lo permite, Arroyo jugará dos años más en la búsqueda del anhelado pase a los Juegos Olímpicos de Río 2016. Esa es su meta.

“Si Dios lo permite, así será. Nunca pensé que este (Mundial) fuera mi último torneo. Mi cuerpo no me ha fallado. Estoy saludable, con piernas frescas, libre de lesiones. Entiendo que voy a estar activo en los próximos dos años si me mantengo saludable”, dijo el canastero del club Galatasaray en Turquía.

Y desde este momento ya empieza a pensar en lo que podría ser su vida tras el retiro como jugador.

“Ya uno comienza con la preparación para la vida después del baloncesto. Me gustaría estar cerca del deporte. Y el baloncesto lo he estado jugando desde los cinco años”, dijo.

¿Quisieras ser dirigente?, se le preguntó.

“No sé aún”, contestó.