Cleveland.- Hubo más lágrimas en Cleveland. Pero esta vez fueron de felicidad.

En el Día del Padre, LeBron James, el chico de la cercana localidad de Akron, criado por una madre soltera, trajo al fin un cetro a la ciudad.

En los últimos segundos del sexto encuentro de la final, que Cleveland ganó por 93-89 en Golden State, unos 18,000 espectadores reunidos en la Quicken Loans Arena para ver el encuentro en una pantalla gigante comenzaron a llorar. Algunos abrazaron a gente a la que no conocían. Todos compartieron un momento que habían deseado durante una vida.

Varios entrelazaron sus brazos y cantaron el tema "We Are The Champions", del grupo Queen. Durante años, esa canción pareció totalmente ajena a esta ciudad.

Relacionadas

La última vez que un equipo de Cleveland había conseguido un título deportivo importante fue en 1964, cuando los Browns fueron campeones de la NFL.

Pero los Cavaliers consiguieron algo más. Son el primer equipo de la historia que ha ganado una final en la que estuvo abajo por 3-1.

Así que este episodio bien podría quedar en la memoria colectiva como "La Remontada".

A las 10:37 de la noche, Cleveland exorcizó finalmente sus demonios deportivos: todas aquellas derrotas tan dolorosas que se conocen con títulos como "La Ofensiva", "El Balón Suelto" o "El Disparo".

"Jamás pensé que vería ocurrir esto", reconoció Tim Lovell, de Canfield, Ohio, quien estaba sentado junto a la línea de la yarda 50 cuando John Elway, el quarterback de Denver, liquidó a los Browns con "La Ofensiva" en la final de la Conferencia Americana de 1986. "Cuando faltaban dos minutos sentí que me iba a dar un infarto. Había visto 'La Ofensiva' y 'El Balón Suelto', y vi cuando Michael Jordan nos aniquiló con 'El Disparo'''.

Mientras Lovell hablaba, su hija de 18 años Marisa se limpiaba las lágrimas.

"Esto es historia", declaró la joven. "Lloré de verdad. Ha sido abrumador estar aquí".

Ahora todo eso es historia, como el título que ostentaban los Warriors, quienes buscaban el bicampeonato.