Los Ángeles.- Los Clippers arrancaron con paso impetuoso desde el principio y mantuvieron el ritmo hasta conseguir su 15ta victoria consecutiva.

Animado por una ventaja inicial de 24-9 que consiguieron sus titulares, Los Ángeles apabulló 106-77 ayer a Boston para convertirse en el primer equipo que gana tantos partidos en fila desde que los Celtics lo lograron hace cuatro años.

Matt Barnes empató su mejor puntuación de la temporada con 21 unidades al salir de la banca, el también reserva Jamal Crawford agregó 17 puntos y Chris Paul entregó 11 asistencias para que los Clippers se agenciaran su sexta victoria seguida por paliza. No han tenido un triunfo apretado durante la racha desde el 28 de noviembre, cuando derrotaron a Minnesota por seis puntos de diferencia.

"Muestra que tenemos una gran calidad en nuestros reservas. Probablemente yo he estado en la banca más cuartos periodos en esta temporada que en cualquiera de mis siete anteriores", expresó Paul. "Es un sentimiento muy bueno, una buena vibración porque todos están disfrutando esto".

Blake Griffin tuvo 15 tantos, Caron Butler aportó 14 y Lamar Odom 13 rebotes para que los Clippers mejorasen su foja a 23-6, la mejor de la NBA.

"Algunas personas podrían impresionarse por el récord, pero nosotros no", afirmó Paul. "No nos miden por las victorias en temporada regular".

Griffin coincidió al señalar que "queremos estar ganando en abril, mayo y junio".

Kevin Garnett encestó 16 puntos por Boston, que perdió 18 balones, nunca encabezó el marcador y vio cómo su promedio disminuyó a .500 con una foja de 14-14 al perder por quinta ocasión en siete encuentros. Paul Pierce y Jeff Green añadieron 12 tantos cada uno, mientras que Jason Terry y Rajon Rondo convirtieron 10 puntos cada uno.

La racha de triunfos seguidos de Boston en la temporada 2008-09 llegó a 19.

"Cada individuo en nuestro equipo quería derrotarlos y cada uno intentó lograrlo por sí mismo en lugar de sólo hacer nuestro juego", dijo el entrenador de los Celtics, Doc Rivers.

La victoria de los Clippers fue la más abultada hasta ahora contra Boston, seis años después de la anterior más pronunciada ante ellos, cuando los vencieron 100-77 el 27 de diciembre de 2006.

"Creo que salimos a jugar con demasiado respeto. Queríamos eludir a algunos de sus grandotes y Blake encestó unos tiros que generalmente no consigue", observó Garnett. "Ellos salieron con mucha confianza, atestaron la pintura y ese es el motivo por el que han ganado 15 al hilo".

Los Celtics nada más pudieron anotar 10 puntos en los últimos 12 minutos.

Por otro lado, en el otro encuentro del jueves fue evidente un nuevo giro en la incipiente rivalidad del Thunder de Oklahoma City con los Mavericks de Dallas: al acercarse el partido a la hora de la verdad, el astro alemán Dirk Nowitzki no quiso el balón.

En cambio, fue Russell Westbrook quien se recuperó de un comienzo vacilante y selló el triunfo del Thunder.

Kevin Durant anotó 40 puntos, Westbrook aportó ocho de sus 16 unidades en el tiempo extra y el Thunder derrotó 111-105 a los Mavericks para sumar su undécima victoria consecutiva en casa.

Westbrook le dio la vuelta al marcador con seis puntos consecutivos después de que los Mavericks tomaran ventaja de 104-101 con una canasta de Chris Kaman a la mitad del tiempo extra. Westbrook embocó una bandeja, saltó para encestar sobre un Nowitzki fuera de práctica y luego se robó un pase de O.J. Mayo que terminó en una bandeja. Tras esa secuencia, el propietario de los Mavericks, Mark Cuban, sacudió la cabeza en su asiento cerca de la banca de su equipo.

"Lo único que intento es tener un impacto en el partido", precisó Westbrook, que también repartió 10 asistencias, capturó seis tableros y se robó tres balones. "Quizás no sea anotando. Quizás sea con rebotes, quizá con asistencias, quizá defendiendo".

"Pero mi intención es simplemente lograr un impacto en el juego cada noche", insistió.

Sin embargo, hasta el final del encuentro era Westbrook quien se sentía frustrado. Falló ocho de sus 10 primeros tiros y no le fue fácil contener a Darren Collison, ex compañero suyo en la Universidad de California en Los Angeles, quien con 32 puntos logró su producción más alta en la temporada y encestó un desesperado triple al momento del timbrazo final para forzar el tiempo extra.

Nowitzki, todavía esforzándose por recuperar su forma después de estar largo tiempo inactivo por una cirugía de rodilla, se vio más como un lastre en la remontada de Oklahoma City en el cuarto período con una ofensiva de 17-6.

En el tiempo de prórroga, el entrenador Richard Carlisle sacó al alemán y metió a Shawn Marion para reforzar la defensa. Nowitzki no tuvo su acostumbrada actuación decisiva con el encuentro en riesgo, como bien sabe Oklahoma City después de la final de la Conferencia Oeste ante Dallas hace dos temporadas.

"En realidad yo no quería tanto el balón", reconoció Nowitzki. "Sentía que no tenía el vigor, el empuje para hacer algo con la pelota".

"Creo que estoy como a una semana o dos de realmente dominar el balón en la recta final y hacer que pase algo", puntualizó.