Las camisetas con el número 98 del centro de los Nets de Brooklyn, Jason Collins, se están vendiendo como pan caliente y con mantequilla.

Y es que tras su firma con los Nets como agente libre en días recientes, Collins se ha convertido en toda una celebridad tras ser el primer jugador abiertamente homosexual que participa en cualquiera de las principales liga deportivas de Estados Unidos, sea la NBA, la NFL, MLB o la NHL.

La verdad es que Collins no llegó los otros días, pues la realidad es que entra en su temporada número 15 tras ser escogido por los entonces Nets de Nueva Jersey en el sorteo de NBA de 2001. Pero tras jugar para los Nets por siete temporadas y luego fungir de nómada con varios equipos, Collins decidió admitir su homosexualidad tras militar por solo seis juegos en el 2013 con los Wizards de Washington y ser dado de baja.

Dicha admisión en ese momento quizás le resto posibilidades de firmar con otro equipo. Pero con el movimiento gay ganando mayor aceptación y tolerancia en la sociedad estadounidense y con la admisión reciente del futbolista colegial Michael Sam de su homosexualidad antes de aspirar a entrar a la NFL, el camino pareció allanarse para el regreso de Collins a la NBA, aunque fuera en un contrato de 10 días.

Los Nets, que carecían de un centro legítimo tras la lesión que mantendrá fuera de acción por el resto del torneo a Brook López, enlistaron los servicios de Collins y la movida les ha dado dividendos dentro y fuera del tabloncillo.

Según Vicky Picca, vice presidente senior de licencias y negocios de la NBA, indicó el lunes que la petición de camisetas de Collins para la venta “no tenía precedentes”. Las mismas están ya a la venta en la tienda cibernética de NBA.com.