Las hojas del almanaque siguen cayendo, y cuando comience la campaña 2016-17 de los Mavericks de Dallas, su figura central, Dirk Nowitzki, entrará a su décimonovena temporada en la NBA con 38 años y buscando un último sorbo de  gloria con un cetro.

Y tras una campaña en la que el equipo jugó para 42-40, se clasificó a la postemporada como sexto en la Conferencia Oeste y cayó en la primera ronda ante el Thunder de Oklahoma City,  la gerencia del equipo remozó, otra vez, su plantel para la campaña 2016-17.

“Bueno, nos encanta”, le dijo a Prensa Asociada el dirigente Rick Carlisle. “¿Qué puede ser más emocionante que siete nuevos jugadores. Sangre nueva cada año”.

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“Y no lo digo como  chiste. Si uno lo ve de forma negativa hay grandes posibilidades de que  sea algo negativo. Pero yo no lo veo así”, agregó.

Luego del fiasco de la pasada temporada muerta con DeAndre Jordan, los analistas piensan que el propietario Mark Cuban y el gerente general Donny Nelson volvieron a fallar  en la pretemporada al no poder contratar a jugadores de impacto para el plantel.

Entre los que se mencionaban este año estaban el centro Hassan Whiteside y el armador Mike Conley. Además, no consiguieron retener al delantero pequeño Chandler Parsons.

Sin embargo, la llegada de Kevin Durant a los Warriors de Golden State provocó la salida de dos canasteros que tendrán la oportunidad de más protagonismo con el equipo texano: Harrison Barnes y Andrew Bogut, quienes llegan a llenar los espacios de Parsons y Zaza Pachulia.

Barnes llega con promedios de 11.7 puntos, 4.9 rebotes y 1.8 asistencias desde un equipo en el que no era de las principales opciones ofensivas, así que en Dallas tendrá el break de desarrollarse como protagonista y demostrar que vale los $94 millones que obtuvo por cuatro años.

“Sé que habrá expectativas mayores y voy a tener un rol mayor en este equipo”, dijo Barnes a AP. “Siento que vamos a tener muchas piezas este año, sea porque vienen de lesiones, jugadores que están motivados o que tienen mucho que probar. Así que espero que podamos conectarnos todos para hacer algo especial este año”.

Bogut, centro de siete pies, viene con  5.4 puntos, 7.0 rebotes y 2.3 asistencias y los Mavericks podrían intentar  involucrarlo en un sistema de pases similar al que el australiano vivió  con  los Warriors.

Con estos dos junto a Nowitzki en la pintura, comienza a lucir respetable el cuadro de Dallas, cuyos directivos ya han dicho que la defensa será prioridad.

Quincy Acy también deberá ser parte activa de la nueva mezcla del quinteto, junto a los escoltas Justin Anderson y Wesley Matthews.

En la posición de armador, Barea tendrá trabajo que hacer. Al momento sigue siendo el sustituto de Deron Williams, pero en la pretemporada el quinteto cuenta con un grupo grande de armadores que podrían relegarle a ser una tercera opción.

 Uno de esos es Seth Curry, quien llega desde Sacramento y puede ser armador y escolta. Este ha tenido un buen desempeño hasta el momento entre un grupo que incluye a Deron Williams, Devin Harris, Jonathan Gibson y Kyle Collinsworth.

Incluso, hay quienes opinan que, por ello, Barea podría ser material de cambio a mediados de campaña, usando como gancho su veteranía de 10 campañas en la NBA, su liderazgo y la chispa que provee saliendo del banco.

Barea viene de su mejor año en la NBA con porcentajes de 10.9 puntos, 4.1 asistencias., 2.1 rebotes y 22.5 minutos por juego en una campaña en la que tuvo que asumir el rol de titular y en la que literalmente cargó el equipo en la recta final para clasificarlos a los playoffs.

  El ingreso de Bogut y Barnes para unirlo a Nowitzki es un experimento que tiene muy entusiasmado a la gerencia de los Mavericks, que según diversos analistas, lucen con lo necesario para pasar a la postemporada una vez más.