Resulta imposible olvidar la excepcional temporada 2013-2014 que registró el delantero del Thunder de Oklahoma City Kevin Durant. El joven canastero registró promedio ofensivo de 32 puntos por desafío, al tiempo que anotó 30 puntos o más en 12 partidos consecutivos, racha en la que anotó, en promedio, 35.9 tantos.

En fin, Durant hilvanó, quizás, la mejor temporada de su relativamente corta carrera en apenas su séptimo año en la liga. Su actuación, de paso, le valió ganar el premio al Jugador Más Valioso de la serie regular. Como si fuera poco, el valioso anotador ayudó al Thunder a llegar hasta la final de la Conferencia del Oeste, la cual perdieron a manos de los eventuales campeones de la NBA, los Spurs de San Antonio.

Por ende, los fanáticos del Thunder tenían grandes expectativas de cara al inicio de la campaña 2014-2015; entre la magnífica actuación de Durant y la sólida aportación del armador/escolta Russell Westbrook, la meta era llegar a la final de la NBA y ganar el cetro. Sin embargo, el destino le hizo una mala jugada a Durant.

La primera mala noticia llegó el 12 de octubre de 2014, cuando a Durant se le encontró una fractura en el quinto metatarso del pie derecho, lastimadura que requirió una operación y que le hizo perder los primeros 17 desafíos del torneo. El 18 de diciembre entonces sufrió una torcedura de tobillo que lo dejó fuera de acción hasta el 31 de diciembre, aunque ese día marcó 44 puntos contra los Suns de Phoenix.

Desafortunadamente, la nube negra continuó persiguiéndolo, pues en enero de 2015 se torció el dedo gordo del pie izquierdo. Aunque regresó relativamente rápido, el 22 de febrero se sometió a otra operación en su pie derecho para aliviar el dolor y la molestia que estaba sintiendo. Sin embargo, el procedimiento no fue del todo exitoso y el 27 de marzo fue removido por completo por lo que restaba de la temporada para someterse a otra intervención quirúrgica.

“Esto no era lo que tenía en mente cuando comenzó la temporada. Pero estoy aquí, listo para vencer toda adversidad en mi camino. Lo he escuchado todo en estas últimas semanas, pero no estoy aquí para probarle nada a nadie; la batalla es conmigo mismo. Cuando la negatividad y el deseo de rendirme me estén mirando, me mantendré fuerte y seré disciplinado. Aprecio todo el cariño y los buenos deseos que me han enviado y esto es solo un pequeño obstáculo. No puedo esperar para jugar de nuevo con mis compañeros de equipo”, escribió Durant en su cuenta de Instagram luego de salir de la sala de operaciones.

Aunque la temporada fue un desperdicio para Durant, la NBA presenció el nacimiento de la superestrella que es Westbrook, quien tuvo uno de los mejores años para un armador/escolta y que lo tuvo en contienda para ganar el premio de Jugador Más Valioso.

Pese a ser un jugador de impacto desde que ingresó a la NBA en el 2007-2008 con los SuperSonics de Seattle (actuales Thunder), fueron varios los que opinaron que, debido a las múltiples operaciones, que Durant no sería el mismo jugador de antes. Sin embargo, Durant regresó esta temporada y está registrando otro torneo digno de consideración para su segundo premio de Más Valioso.

Hasta el momento, Durant marcha tercero entre los líderes en promedio de puntos con una media de 26.8 tantos por desafío, detrás de Stephen Curry (Golden State, 31.8 puntos) y James Harden (Houston, 28.8 puntos).  El pasado 30 de octubre, en una victoria en doble tiempo extra sobre el Magic de Orlando, Durant y Westbrook se convirtieron en apenas el segundo dúo en anotar 40 puntos o más en el mismo partido (Westbrook marcó 48, y Durant terminó con 43. La última pareja en lograr la hazaña fueron Michael Jordan y Scottie Pippen con los Bulls de Chicago en el 1996.

Como si fuera poco, el Thunder es dueño de la cuarta mejor marca de ganados y perdidos en lo que va del torneo al ostentar récord de 19-9; Oklahoma City marcha primero la División Noroeste de la Conferencia Occidental. Y aunque Durant se perdió seis juegos debido a una lesión de ingle, el monstruo de las lastimaduras no ha vuelto a visitarlo.

“Siento que soy el mejor jugador del mundo. Así de confiado me siento. La lesión me hizo apreciar lo que tengo y de algo tan sencillo como poder caminar nuevamente. No creo que he tenido un punto bajo en mi carrera, sino que he superado varias adversidades, y eso es parte de la vida. Definitivamente fue difícil (la recuperación), de eso no hay duda. Pero el rendirme nunca pasó por mi mente y nunca pensé que mi desempeño bajaría”, dijo Durante en una entrevista en Bleacherreport.com