Durante sus 20 años de carrera, con Kobe Bryant no hay intermedios: o se le quiere o se le odia, con la segunda opción siendo la más popular si no se era seguidor de los Lakers de Los Ángeles.

Acciones dentro y fuera de la cancha hicieron que Bryant creara esta figura con la que muchos no cuadraban.

Fieles seguidores de Michael Jordan no soportaban que Bryant fuera comparado con el mítico número 23 de los Bulls de Chicago. El estilo de juego de Bryant siempre se comparó con el de Jordan, con los “haters” señalando que Bryant lo que hizo fue copiar a Jordan. 

Bryant llegó a la liga en 1996, directo de escuela superior y de inmediato dejó establecido que lo único que no carecía era de confianza, acto que provocó cierto malestar entre compañeros de equipo de los Lakers, que pensaron que el atrevido joven de 18 años era un arrogante. 

Su primer dirigente en la NBA, Dell Harris, confió mucho en Bryant y le dio la bola en momentos claves de la postemporada en 1997 y 1998, sin Bryant ni siquiera haber cumplido los 20 años. Estas situaciones provocaron roces con el centro Shaquille O’Neal, quien firmó con los Lakers como agente libre en 1996 en busca de un campeonato.

Los Lakers fueron un equipo dominante con el dúo de Bryant-O’Neal, pero constantemente salían rumores de que ambos no se soportaban, tanto así que el centro indicó que el escolta tuvo mucho que ver en su salida del equipo en el 2004, luego de que los laguneros perdieran en la final de la NBA contra los Pistons de Detroit. 

Para esa misma época, Bryant fue acusado de violar a una empleada de un hotel. El caso generó mucha controversia y afectó la imagen de Bryant. No obstante, la acusación no prosperó ya que la alegada víctima no quiso testificar. Bryant sí aceptó haber tenido relaciones sexuales con la mujer, pero negó los actos de violación. Dicha situación provocó que Bryant perdiera varios auspicios. 

Durante su carrera, Bryant fue señalado de querer siempre ser la figura central del equipo al tomar más lanzamientos que cualquier otro jugador del conjunto.  Durante nueve temporadas seguidas, Bryant promedió sobre 20 lanzamientos por partido, con 46.7% siendo su mejor efectividad en 2008-2009. 

Tanto era el odio hacia Bryant, que este grabó un anuncio comercial titulado “Love me or Hate me”.

A esto se le suma, que Bryant mostraba cierta arrogancia en algunos partidos y conferencias de prensa lo que le seguió ganando repudio por parte de los seguidores del baloncesto. 

Y si para colmo no era suficiente con eso para “detestar” Bryant, este recibió un castigo por parte de la liga por decir un comentario de índole homofóbico a un árbitro. Luego del regaño, Bryant fue portavoz de la igualdad y tolerancia contra la homosexualidad. 

Pero luego de esos incidentes, y varios más, con el pasar del tiempo Bryant ha mostrado un lado más humano con la creación de su fundación y respaldando otros programas benéficos. 

De hecho, hasta con O’Neal pareció hacer las paces durante las actividades del Juego de Estrellas en el 2009.

“Fuimos el mejor dúo de hombre grande-pequeño. Tuvimos situaciones que las clasificaron como drama, pero fue divertido para todo el mundo. Estoy seguro que si hubiésemos tenido un programa de televisión hubiese sido el número uno, ¿verdad?”, dijo O’Neal. 

“A pesar de todo lo que el mundo decía, ganamos, y eso es lo que importa”, dijo por su parte Bryant.

Junto con esto, Bryant ha dejado un lado la seriedad en conferencias de prensa y se ha visto más sonriente, quizás pensando que su mejor momento pasó, ya escribió su historia en el baloncesto y desea estar en paz consigo mismo cuando inicie la nueva etapa de su vida al concluir su carrera activa.