Los adjetivos sobran al describir la trayectoria de Neftalí Rivera en el baloncesto puertorriqueño. 

“Extraordinario, sensacional, toda su trayectoria fue pura excelencia”, sostuvo Julio Toro, exdirigente del BSN y, además, de la Selección Nacional adulta. 

“Neftalí inspiró a muchos. Era un ejemplo a seguir, una persona muy talentosa, pura belleza en su ejecución. Fue un individuo tranquilo, comunicador, un caballero y en la cancha un matador. Lo vamos a extrañar”, agregó.

Rivera estaba supuesto a ser expuesto para una ceremonia en la Casa Olímpica, espacio que alberga al Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur). Sin embargo, por decisión de la viuda Carmen Pérez, parte de la familia del baloncesto local se quedó con el deseo de rendirle honor el excanastero de los Piratas. 

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Rubén Rodríguez fue uno que tuvo una buena dosis de Rivera en la cancha durante aquellas memorables finales contra los Vaqueros de Bayamón en la década de 1970.

“Durante aquellos enfrentamientos contra mí fue ofensivo, el principal de ellos (los Piratas) y en la Selección cuando estuvimos juntos el que repartía el balón. Estuvo adelantado a los tiempos. Era veloz, metía la bola y no había manera de defenderlo”, sostuvo Rodríguez.

Toro y Rodríguez coincidieron en que el legado de Rivera no ha recibido el reconocimiento que merece por su aportación al baloncesto.

“En nuestro País, todo atleta, artista o que sea parte del entretenimiento, le fallamos. Es parte de nuestra forma de ser de los puertorriqueños que adoramos a los de afuera y olvidamos a los de aquí”, indicó Rodríguez.

“Podríamos hacer más de lo que se ha hecho. Habría que reunirse a estas alturas para discutir eso. No sabría decir, pero me imagino que lo que están a cargo de esos menesteres reaccionarán”, concluyó Toro.