Las medallas de oro en el baloncesto internacional son especiales. Pero la que Puerto Rico obtuvo en el Preolímpico de 1995, quizás sea una de las más emotivas en la historia del baloncesto puertorriqueño.

En el día de hoy se conmemoran 20 años de la presea dorada conquistada por Puerto Rico en el Preolímpico celebrado en las ciudades argentinas de Tucumán y Neuquén. Hasta la fecha, ese oro es el último que un equipo boricua ha obtenido en un torneo de FIBA Américas durante las pasadas dos décadas. 

“Es uno de los eventos más parapelos”, describió el centro de ese equipo  Ramón Rivas en conversación con  Primera Hora. 

El año 1995 no fue nada fácil para el conjunto boricua. Luego de los Juegos Panamericanos de Mar del Plata celebrados en marzo, once canasteros fueron suspendidos luego de hacer reclamos de pago durante la celebración de la justa continental.

Dicho castigo tuvo su efecto en el Centrobasket celebrado en mayo, en el cual Puerto Rico vio detenido su domino regional al tener que conformarse con la medalla de bronce con jugadores cerca del retiro internacional como Federico “Fico” López y Mario “Quijote” Morales. También estuvieron en aquel equipo otras caras conocidas como Richard Soto, Pablo Alicea y el colegial Edgar Padilla, quien en ese momento se destacaba como armador con la Universidad de Massachusetts en la NCAA. Estos y otros jugadores más se unieron a la línea frontal compuesta por José “Piculín” Ortiz, Jerome Mincy y Rivas.

Entonces, para la preparación para el Preolímpico que fue clasificatorio para las Olimpiadas de Atlanta 1996, no fue hasta tres días antes del torneo que se supo que equipo iría a Argentina ya que en la Isla se estuvo estudiando la posibilidad de levantarle el castigo al grupo suspendido.

Entre los que estuvieron castigados se encontraban James Carter, Eddie Casiano, Edgar León, Javier “Toñito” Colón, Orlando Vega, Luis Allende entre otros. Este grupo fue parte integral de la medalla de plata en el Premundial de 1993, la medalla de oro en los Juegos de la Buena Voluntad en 1994 y el sexto lugar en el Mundial de 1994, entre otros logros.

El equipo prácticamente no tuvo preparación ante la incertidumbre de los jugadores suspendidos. Mientras se dilucidaba quienes iban a ir, el técnico Carlos Morales siguió trabajando con Ortiz, Mincy y Rivas y otros jugadores que luchaban por hacer el equipo. 

“Fue bien difícil, especialmente para lograr la cohesión de grupo. Pero gracias a Piculín Ortiz, Ramón Rivas y Jerome Mincy, esos líderes se logró que el equipo llegara cohesionado a Argentina”, destacó Morales, quien día a día tenía a los demás jugadores preguntándole si iba a ir o no al torneo en Argentina

Sin embargo, la decisión de los jugadores suspendidos se mantuvo y Puerto Rico, liderado por Ortiz, Mincy y Rivas, convocó un equipo de veteranos y figuras jóvenes para ir en pos del boleto Olímpico de Atlanta 1996. 

Entre los veteranos estaban Alicea y Georgie Torres, quien hacía su retorno al combinado nacional luego de varios años de ausencia. De hecho, Alicea y Torres fueron parte del cuadro titular junto con Mincy, Rivas y Ortiz.

Del banco, venían Eddie Rivera, José “Canito” Nieves, Rolando Hourruitiner, Eugenio Soto, Richard Soto, Francisco “Papiro” León y Joel Curbelo. 

Puerto Rico inició el torneo con victorias seguidas sobre Cuba, Canadá, República Dominicana y Barbados como parte del grupo A. 

Luego en la segunda ronda, dispuso de Bahamas, Uruguay, cayó contra Argentina, y se recuperó para vencer a Brasil. En la semifinal, los boricuas derrotaron a Canadá, 98-81, para asegurar el pase a las Olimpiadas. 

Entonces, el 27 de agosto de 1995, deparar el encuentro de revancha contra Argentina y lograr lo inesperado al conquistar el oro al vencer de forma dramática, 87-86, a los argentinos para terminar el torneo con récord de 9-1. Para Puerto Rico fue su tercer campeonato continental, todos, entre las primeras siete ediciones de torneos clasificatorios como Preolímpico o Premundial. 

“Mucha gente en aquella época dudaba de lo que podía hacer el equipo”, recordó Rivas. “El talento que estaba disponible era el mejor (más allá de los suspendidos). Cada cual asumió su rol”, agregó Rivas, al destacar la presencia de veteranos como Torres, Alicea, León y el juvenil Hourruitiner, entre otros. 

Rivas destacó lo sorpresivo que jugó el equipo boricua. “Totalmente, en aquel momento, República Dominicana venía con Luis Felipe López, Tito Horford (papá del Al Horford), (José) “Grillo” Vargas, mientras Argentina estaba con Marcelo Milanesio, Marcelo Nicola, Juan Espil, Fabricio Oberto, entre otros”, enumeró Rivas. 

“Dimos un tajo. Hicimos más de lo que a lo mejor ese equipo debía haber hecho en esa competición”, agregó Rivas, quien representó a Puerto Rico hasta 1997.

“Fue una gesta importante para nuestro baloncesto porque mucha gente no le daba incluso oportunidades de clasificar. De hecho, antes de salir la gente decía para qué íbamos. El hecho de clasificar y ganar oro fue sorpresivo para todo el mundo”, dijo Morales.

En la final, Puerto Rico se midió a la favorita Argentina, conjunto que le había ganado a los boricuas, 105-70, cuatro noches antes.  En Argentina daban por seguro el triunfo gaucho, ya que  incluso en la cancha de Neuquén no había copia del himno de Puerto Rico.

Sin embargo, los boricuas descontaron en el parcial final y con canasto de Ortiz y luego bloqueo de este, Puerto Rico dejó boquiabierto a la afición argentina.

“Tuvimos el mejor juego en el último momento. He estado en un montón de eventos, de participaciones y como esa ninguna”, destacó Rivas con gran satisfacción.

Debido a todas las circunstancias que rodearon al equipo, el logro de Puerto Rico en el Preolímpico de 1995 podría estar considerado entre los mejores hazañas del baloncesto local, junto con las medallas de oro en el Preolímpico de 1980, Premundial 1989 y Buena Voluntad 1994. A esto, se le puede sumar el cuarto lugar en las Olimpiadas de 1964 y en el Mundial de 1990, así como la victoria contra Estados Unidos (con jugadores de NBA) en la Olimpiadas de 2004. 

“Los historiadores lo pondrán en su justa perspectiva. Para mi y para los que estuvieron involucrado fue grande. Me imagino que en ese momento el país lo vio como un gran logro. No sé cómo se pondrá en el contexto de las otras cosas grandes que se han hecho en el baloncesto puertorriqueño”, dijo Morales. 

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