La cadena de derrotas con la que Puerto Rico ha comenzado la Copa del Mundo en España es apenas una pequeña parte de la mala racha que lleva el baloncesto local en el escenario mundial.

Desde su último juego en el mundial de 1998 en Grecia, donde Puerto Rico venció a Canadá por el undécimo puesto en aquel torneo; junto con la marca de 6-3 en Indianápolis 2002 y el inicio de 2-1 en el mundial de 2006, la selección tuvo marca de 9-4. Pero desde entonces todo ha sido pesadilla.

Antes de su  vital partido contra Filipinas en la mañana del miércoles, Puerto Rico ha perdido nueve de sus pasado 10 encuentros en torneos mundiales, racha que inició con una derrota, 90-82, contra Eslovenia el 23 de agosto de 2006. Los boricuas cerraron aquel torneo con otro revés, 73-72, contra Italia para quedar eliminados en primera ronda por el sistema de “goal average”.

La macacoa se trasladó para el mundial de Turquía en el 2010, cuando Puerto Rico acumuló marca de 1-4, con derrotas contra Rusia, Grecia, Turquía y, sorpresivamente, Costa de Marfil. El único triunfo fue contra China.

Se pensaba que la Copa de España sería un renacer a nivel mundial. Pero todo lo contrario, los boricuas cayeron en sus primeros tres compromisos (Argentina, Senegal y Grecia) para abonar a la tragedia.

Para que Puerto Rico se mantenga con vida en este torneo y adelante a segunda ronda, los boricuas tendrían que hacer algo que no han hecho en ocho años en mundiales: ganar dos partidos seguidos (además de resultados externos que los boricuas no tienen jurisdicción).

En las próximas horas sabremos si la mala racha se romperá, o tendremos que esperar cinco años (2019) para tener un mundial feliz.