JUANA DÍAZ. Mike Harris todavía no ha tirado un balón en la temporada 2017 del Baloncesto Superior Nacional con los Leones de Ponce y su impacto inmediato en la franquicia ya se siente.

Y es que su llegada no solo trae esperanza por lo que él puede hacer en cancha durante los juegos, sino que también logra cambiar la cultura de trabajo de un equipo que viene de perder seis de sus últimas siete salidas y necesita una reacción inmediata.

De hecho, desde que Harris se bajó del avión el martes, sentó la pauta, pues ese mismo día Ponce tenía práctica pautada a las 6:00 p.m. y él fue el primero en llegar a las 4:45 p.m. para trabajar en su juego.

Y mientras otros estiraban, se vestían o esperaban que el dirigente Nelson Colón arribara al coliseo de Juana Díaz, ya Harris estaba empapado en sudor producto de su labor.

El mensaje fue alto y claro: si quieren volver a ser una franquicia ganadora tienen que trabajar extra.

“Mi mayor fortaleza es que traigo liderato. A veces hace falta que alguien sea vocal dentro de los juegos, aparte del dirigente. Hace falta otra voz que le exija más a equipo. Y si voy a exigirle a mis compañeros, tengo que ser el primero en dar el ejemplo. Tengo que ser el más duro que trabaja”, dijo ayer el valioso importado a Primera Hora.

“Lo que pones en este juego, lo verás en los resultados. Recuerdo que cuando llegué aquí ayer y solo (Eric) Dawson y yo llegamos una hora antes de la práctica a trabajar. Hoy (ayer) está casi todo el equipo. Quieres crear un virus positivo que sea contagioso, que todo el mundo quiera trabajar en su juego”.

Por tal razón, ayer durante su segunda práctica pautada, Harris volvió a llegar a las 4:45 p.m., pero esta vez acompañado de algunos jugadores.

Harris, básicamente, fungió como un ‘coach’ en la cancha antes de la práctica oficial, trabajando con los jugadores. 

“Tú llegas tan lejos como llegues con tus compañeros. Esto no es un juego para ganar premios individuales, sino para ganar campeonatos. Eso es lo que importa”, indicó Harris, que debuta hoy en la noche en Arecibo.

“Tenemos que ser una unidad fuerte, desde el primer jugador hasta el número 15. Todo el mundo necesita trabajar duro. Algunos simplemente no saben cómo hacerlo. Me gusta ponerlos a trabajar en fundamentos, en situaciones de juego reales antes de la práctica, porque una vez comienza la práctica como tal, no hay trabajo individual”.

Así las cosas, el ánimo en el quinteto león con Harris en cancha ya comenzaba a lucir diferente, con más energía, con mayor disposición.

Por lo visto, tal parece que no es casualidad que los Leones llegaron a tres series finales consecutivas, incluyendo dos títulos en ristra en el 2014 y 2015, desde que Harris vistió el uniforme de Ponce a partir del 2013 y que cuando se ausentó en el 2016, los Leones no pasaron de primera ronda.

“La realidad es que el éxito es del equipo, no es de una sola persona. No depende solo de mí. Sin embargo, sí puedo aseverar que cuando llega la ética de trabajo colectivo sube a otro nivel. Es un liderato que traigo natural y todo el mundo se esfuerza por dar la milla extra”, dijo Harris.

Actualmente, los Leones se encuentran en la quinta posición con marca de 8-9.

“Estamos en el mismo medio del standing. Nadie está demasiado al frente de nosotros. Hay oportunidad de enderezar las cosas y cerrar duro. Es cuestión de que (Ángel) Vassallo y yo nos ajustemos rápido al equipo y podamos comenzar a ganar juegos”, indicó Harris.