El camino fue tormentoso y sufrido, pero al final llegó la recompensa.

Olumide Oyedeji se creció con 14 puntos y 15 rebotes, y los Vaqueros de Bayamón se recuperaron de un déficit de 13 puntos para vencer 84-82 a los Piratas de Quebradillas y proclamarse así campeones del Baloncesto Superior Nacional por décimocuarta ocasión ante un Coliseo Rubén Rodríguez en el que no cabía un alma.

Christian Dalmau, escolta de los Vaqueros, fue elegido Jugador Más Valioso de la final.
Bayamón ganó su primer título desde 1996, cuando venció a los Leones de Ponce.

Los Piratas se presentaron a jugar con gran gallardía y por gran parte del partido parecía que su nave sobreviviría el embate de los vientos huracanados en Bayamón.

Peter John Ramos y Joel Jones dominaban a su antojo y los Piratas llegaron a escaparse por hasta 13 puntos en el tercer parcial, 65-52.

Pero, tres triples consecutivos, uno de Orlando “Guayacán” Santiago y dos de la autoría de Eric Rodríguez, restando 8:47 en el partido, acercaron a Bayamón a sólo seis tantos, 71-65. Y desde entonces, la fanaticada se metió en juego y no se quiso sentar.

Los Piratas se despegaron peligrosamente, 77-68, con 6:00 por jugar, pero Carmelo Lee con sus triples y Oyedeji con su trabajo debajo de las tablas, se rehusaron dejar morir a los Vaqueros. Un tapeo de Oyedeji faltando 3:05 los acercó a sólo dos puntos, 79-77, ¡y el coliseo se quería caer!

Poco después, Lee recompensó  con otro triple que le dio la primera ventaja a los Vaqueros, 80-79, con 1:36 por jugar.

Tirada libre de Jones  empató el juego 80-80 y luego  Christian Dalmau y Peter John Ramos volvieran a nivelar las hostilidades 82-82 con 52 segundos por jugar.

Pero ahí surgió la figura de Daniel Santiago con una crucial tirada libre restando 36 segundos que le dio ventaja de 83-84. De seguido, Dalmau le robó el balón a Ramos en la siguiente posesión para alimentar a Javier Mojica, quien recibió falta con 11 segundos para agregar otra tirada libre.

El escenario estaba listo para celebrar y sólo faltaban 10 segundos de buena defensa y cuando David Huertas se quedó corto en su intento de triple antes de sonar al chicharra presagió el ya inevitable triunfo de los anfitriones.