OAKLAND.   Los jugadores de los Warriors de Golden State batían camisetas por arriba de sus cabezas y saludaban por todas partes a sus fanáticos montados en la parte superior de una guagua turística de dos pisos mientras que confeti azul royal y amarillo pintaba toda la imagen de la celebración del más reciente campeonato conquistado por el equipo.

Cargando el trofeo Larry O’Brien estaba Stephen Curry acompañado por su esposa e hijos a su lado.

Al llegar a la lugar de la celebración él se bajó entre gritos y chocadas de manos con los fanáticos en la ruta. El Jugador Más Valioso de la Serie Final, Kevin Durant, llegó en otra guagua acompañado por su madre. 

“Estaba esperando más personas”, bromeó el dirigente de los Warriors, Steve Kerr, al conversar con la cadena televisiva KTVU al hablar de la gran multitud que se amontonó para la celebración.

Kerr dijo que está orgulloso que su equipo pudo “reponerse de la desconcertante derrota del año pasado”.

Los Warriors echaron a perder el año pasado una ventaja 3-1 que tenían en la final ante los Cavaliers fallando entonces en defender la corona que había ganado el año antes y hacer valer la grandeza del récord de temporada regular que establecieron ese año con 73 victorias.

Los Warriors jugaron este año en la postemporada para marca de 16-1, logrando barridas en sus primeras tres series de los playoffs antes de fallar en hacerlo también ante los Cavaliers en la final al perder ante LeBron James en el cuarto juego de la serie en Cleveland.

“Hemos superado un sinúmero de dudas”, dijo Tulio Zelada, de 28 años y residente de San Francisco, quien asistió ayer a la parada campeonil. Él se describió como fanático de los Warriors desde que estaba en la escuela elemental. La parada de ayer recorrió áreas circundantes al downtown Oakland, encontrando a miles de fanáticos de los Warriors  vestidos con camisetas del equipo y quienes no paraban de gritar por su equipo.

La ciudad de Oakland recientemente conoció que va a perder a uno de sus más queridos equipos, los Raiders de la NFL, quienes se mudarán a Las Vegas y también vive sentimientos difíciles relacionados a un escándalo en la Policía así como viviendo el luto por un tiroteo que dejó a varios muertos en un almacén en pasados días. La caravana campeonil también se dirigió a San Francisco, la ciudad que está al otro lado de la Bahía, y en la cual establecieron este año una primera piedra para una nueva cancha en la que comenzarán a jugar en el 2019.

Pero el jueves como quiera siguió siendo un día para celebrar.

“Oakland nos representa a todos nosotros”, dijo Kerr. “Aquí hay personas de toda raza, color, religión, credo y lo que quieran. Y todo el mundo está en la calle  simplemente para unirse como uno y para expresar su amor por este equipo”.

Pero la anunciada pérdida del equipo para mudarse al vecindario de San Francisco estaba en la mente de algunos fanáticos que también estaban en la parada, aunque estos hablaban de “dinastía” y están esperando poder celebrar al menos un campeonato más el año que viene.

“Es un sentimiento agridulce”, dijo Carolina Gallegos, de 32 años, y residente de Oakland. 

Por su parte, Sheldon Glasgow, quien lleva viviendo en Oakland por los pasados 10 años, dijo que no está molesto porque los Warriors se van a mudar. Con un poster de Durant en las manos este dijo “todavía siguen en La Bahía. No importa a donde vayan, siguen estando en Golden State”.