El exbalonceslista Mario "Quijote" Morales ya tiene un coliseo con su nombre en Guaynabo. Ahora también cuenta con una estatua que perpetúa su legado como jugador.

Morales fue honrado este viernes en el municipio metropolitano en una actividad en la que se develó una estatua suya frente a la instalación deportiva en la que se convirtió en una estrella de nuestro Baloncesto Superior Nacional (BSN).

El acto formó parte de un homenaje del alcalde Héctor O'Neill, en el que también se reconoció a otros baloncelistas que le dieron gloria a los Mets de Guaynabo en la década del 80, así como a los fundadores del Carnaval Mabó y a un grupo de galleros de esa ciudad, todo en el marco de la reapertura de la carretera 837 de este pueblo.

"Esta develación es en agradecimiento por lo que (Morales) ha hecho por nuestro pueblo de Guaynabo y por el baloncesto. Mario, en esa década del 1980, fue una de las estrellas del baloncesto que puso nuestro nombre en alto, principalmente nuestro pueblo de Guaynabo y unió a tres clases de los residentes de Guaynabo: los de urbanizaciones, los residentes tradicionales con raíces, nacidos y criados aquí, y la gente de la zona rural", expresó O'Neill.

En su resumé como jugador, Morales cuenta con un premio al Novato del Año (1975, como jugador de los Cangrejeros de Santurce) y cuatro como Jugador Más Valioso (1980, 1982, 1983 y 1993), todos con los Mets. Dos veces lideró la liga en puntos: en 1980, cuando anotó 988 puntos en 30 juegos para un promedio de 32.9, y en 1993, cuando coló 850 en 34 partidos para una media de 25.0.

Además de sus éxitos individuales, Morales ayudó a Guaynabo a ganar tres campeonatos (1980, 1982 y 1989) y seis subcampeonatos (1978, 1981, 1983, 1985, 1990 y 1993).

 También fue miembro estelar de la Selección Nacional con la que brilló en diversos torneos internacionales.

En su turno ante los micrófonos para dirigirse a los presentes, Morales agradeció la develación de la estatua y recordó su paso por la franquicia guaynabeña.

 "Recuerdo cuando en 1983 se nombró esta cancha con mi nombre. Para hacer la historia larga corta, yo llegué aquí en 1977. Éramos un grupo "young and wild" (jóvenes y salvajes) cuando Raymond (Dalmau, quien estuvo presente en la actividad) y sus Piratas de Quebradillas eran los que mandaban en Puerto Rico en el baloncesto y ese era el norte de nosotros: ser el equipo dominante", manifestó el excanastero que estuvo acompañado de su esposa, Beba López.

Al igual que el primer ejecutivo, Morales recordó que cuando el equipo comenzó a ganar, todo el pueblo de Guaynabo se unió a ellos.

"Había un pueblito pequeño aquí (en la carretera 837) y las urbanizaciones, desde Garden Hills hasta Ponce de León. Eran dos comunidades distintas, principalmente las urbanizaciones que estaban compuestas por personas que emigraron de otros lugares y no tenían identificación con el pueblo. Creo que nosotros buscando identificación como equipo y el pueblo buscando su identificación, nos unimos", contó.

Además de la develación de la estatua de Quijote, también se presentaron cuatro estrellas que están colocadas en la acera frente a la cancha que llevan los nombres de otros gloriosos jugadores de los Mets: el fenecido Federico "Fico" López, quien estuvo representado por su viuda, Vivian Gándara, y sus hijas Viviana y Vanessa; Francisco "Papiro" León, Earl Brown y José "el Galgo" Sosa.

Una quinta estrella lleva el nombre del alcalde O'Neill.

 Curiosamente, la develación de la imagen y las estrellas coincidió con la temporada en la que los Mets anunciaron que recesarán en el BSN. Sobre este particular, el alcalde sostuvo que la situación económica no permitió que los auspiciadores aportaran dinero para auspiciar el equipo. Sin embargo, prometió que para la temporada del 2015 este equipo regresará.

Tras el acto en el coliseo Mario "Quijote" Morales, O'Neill pasó a develar la figura de un vejigante que conmemora a los fundadores del Carnaval Mabó, que precisamente se celebra este fin de semana. Esta escultura, que muestra un vejigante con una capa amarilla que tiene unas pisadas de cerdos y que fue eregida sobre una rotonda, fue realizada por el artista Luis Torruella.

Por último, se develó una escultura en bronce dedicada a los galleros de esta ciudad, realizada por la compañía Julissa Casting. La estructura, también colocada encima de una rotonda, muestra dos gallos de pelea en plena acción. Bordeando la escultura, aparecen las caras de varios galleros pintadas en grafiti por el artista Ramón Vélez.

Los tres monumentos se suman a otras dos estructuras que cruzan la carretera 837, conocida como calle Cuesta del Río. En total, los trabajos de construcción costaron aproximadamente $4.1 millones. Según datos suministrados por el municipio, esta cantidad de dinero incluyó la reconstrucción de las calles y aceras, la renovación del alumbrado público, las rotondas para dirigir el tránsito, las esculturas y arte urbano.

El conjunto de instalaciones tiene una mezcla de diversas corrientes artísticas, desde arte abstracto hasta grafiti pasando por esculturas de bronce más tradicionales.