Recientemente, el exrefuerzo Michael Sweetney, quien jugó como importado para varios equipos en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) regresó al baloncesto en un torneo que regalaba $1 millón de dólares al equipo campeón.

Sin embargo, el dinero no era lo primordial para Sweetney, quien le confesó al NY Post que por años estuvo batallando una depresión que le provocó comer mucho y por ende aumentar sustancialmente de peso. 

Sweetney, una selección de primera ronda por los Knicks de Nueva York en el 2003, le hizo frente a la depresión, y con la meta de baja de peso, además de demostrar que todavía puede jugar a un alto nivel fue parte del equipo “City of Gods” en “The Basketball Tournament” que concluyó hace unas semanas. 

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Su equipo cayó en la etapa semifinal, pero antes de esto Sweetney contó su historia y como la muerte de su padre un mes después del sorteo de novatos de la NBA le cambió la vida. 

“No creo que estaba siendo honesto en ese entonces, pero ahora estoy abierto a decir que todo lo que pasó fue mi culpa y lo acepto. Estuve en una fuerte depresión, no comía bien y no hacía suficiente ejercicio y yo mismo me saqué de la liga”, dijo Sweetney a NY Post. “Pensé que estaba en modo depresivo por años no busqué ayuda. Estaba en negación”, dijo Sweetney, quien en el BSN de Puerto Rico jugó para los Cangrejeros de Santurce, Vaqueros de Bayamón y Brujos de Guayama, estos últimos en el 2014.

Sweetney, ahora con 32 años, pesa 320 libras y usa camisas de tamaño 5XL. Estuvo poco más de un año sin jugar baloncesto hasta que por unos amigos le hablaron para formar parte del conjunto City of Gods. 

La ayuda de los amigos no fue lo único que convenció a Sweetney, pues este comenzó a ver a un siquiatra para tratarse, además de contratar entrenadores para bajar de peso. Sweetney tiene el deseo de jugar baloncesto profesional, pero su motivación principal es bajar de peso por su salud ya que es padre de tres hijos.

“No estoy listo para terminar, pero no lo hago por eso (jugar baloncesto). Lo hago por mi salud. Esto es lo más divertido que me ha pasado jugando baloncesto y se siente bien regresar a Nueva York (donde se celebró el torneo)”, señaló Sweetney, quien le gustaría ser dirigente en un futuro.