Dos atletas puertorriqueños, en distintas disciplinas deportivas y ligas, fueron sancionados severamente en días consecutivos al verse involucrados en incidentes dentro del terreno de juego. A juzgar por los castigos impuestos, el deporte profesional ha mostrado poca tolerancia hacia disturbios entre jugadores y\o en contra de fanáticos u árbitros.

Lo interesante en esta situación es que la multa en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) fue superior monetariamente a la de Grandes Ligas, cuando la liga de baloncesto local emplea jugadores con salario muchísimo menor que en las Mayores.  

El armador de los Capitanes de Arecibo en el BSN Walter Hodge fue suspendido por cinco partidos, y multado en $3,000, por, supuestamente, tener contacto físico e insultar al árbitro Roberto Vázquez. Y el pasado domingo, el receptor suplente de los Cerveceros de Milwaukee, Martín Maldonado, agredió físicamente al jardinero de los Piratas de Pittsburgh Travis Snider durante un altercado entre los bancos de ambos equipos.

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Maldonado también incurrió la furia de su ente rector, la Oficina del Comisionado de Mayor League Baseball (MLB), quienes castigaron al pelotero naguabeño con cinco juegos de suspensión y una multa de $2,500.

Históricamente, el béisbol de las Grandes Ligas ha demostrado poca tolerancia hacia incidentes violentos dentro del campo de juego, por lo que la sanción en contra de Maldonado (y los tres juegos de suspensión que recibió su compañero de equipo, el dominicano Carlos Gómez) era de esperarse. No obstante, el BSN ha mostrado también que el pulso no le tiembla al momento de adjudicar culpas cuando se han formado peleas entre jugadores y contra fanáticos, o insultos hacia los árbitros.

En el caso de Maldonado, el boricua admitió su rol en la trifulca del domingo y reconoció que, con toda probabilidad, sería sancionado. Después de todo, vídeos mostraron, en varios ángulos, el momento en que le propinó el golpe a Snider.

Sin embargo, Hodge dejó claro que no agredió al árbitro Vázquez, ni que tampoco lo insultó como indicó Quiñones en la resolución que emitió el pasado domingo. Pese a que el informe de los árbitros describió el suceso como “contacto físico”, y no como una agresión, la liga no titubeó al castigar severamente al baloncelista.

“Al terminar el partido, salí hacia el camerino con el resto de los jugadores y los árbitros estaban al frente en la fila junto con el personal de seguridad que los escolta. Pero un grupo de fanáticos se colocó en el segundo piso, encima del pasillo hacia los camerinos, y los árbitros se detuvieron porque, quizás, pensaron que los fanáticos lanzarían objetos”, explicó Hodge a Primera Hora.

“Como estaba esperando a  que pasaran (los árbitros) y no lo hicieron, pues yo pasé y, al parecer, rocé a Roberto. En realidad no recuerdo si lo rocé o no, pero si lo rocé no fue intencionalmente. Y, de hecho, en el informe de los árbitros ellos reconocieron que no hubo una agresión”, añadió Hodge, quien comenzó a cumplir su suspensión anoche en el partido contra los campeones Piratas de Quebradillas.

La gerencia de Arecibo sometió una reconsideración en el caso de Hodge en donde expusieron como atenuantes el hecho de que no hubo una agresión por parte de Hodge, que el jugador nunca se ha visto involucrado en un incidente disciplinario,  que se comprometió a no involucrarse en otra situación similar, y que, con los cinco juegos de suspensión, los Capitanes se verán afectados adversamente, pues si nivel competitivo se vería afectado.