José “Piculín” Ortiz no le teme dilucidar públicamente el desaliento que ha generado los dilemas dentro de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico y, a su vez, los deplorables resultados de la Selección Nacional adulta en recientes eventos internacionales.

Ortiz es uno de tantos ex jugadores que han sido mantenidos al margen por los actuales directivos de la Federación. 

“Es normal en este país. Creo que todos tenemos el derecho para opinar y, sobre todo, me costó mucho poner el nombre de Puerto Rico alto. Fueron 23 años que estuve y la experiencia habla por sí sola”, sostiene Ortiz. “Además, deben opinar los que hemos vivido y sufrido este deporte”.

Debido a los pobres desempeños en la Copa Mundial Fiba, así como en los pasados Juegos Panamericanos y Torneo de las Américas para los Juegos Olímpicos, la Selección Nacional dejó a ser una potencia en la región. De hecho, países como México, Venezuela y República Dominicana no han rebasado.

“Siempre duele, muchísimo. Me costó junto con mis compañeros subir ese equipo. Creo que Puerto Rico tiene mucha oportunidad, tiene muchos jóvenes a quienes les gusta el baloncesto. El Equipo Nacional se convierte en el número uno en cualquier momento del año. Tenemos la juventud para transmitir ese amor al baloncesto y, obviamente, me duele mucho”, asegura.

Ortiz, por otro lado, se expresó tímidamente ante la inclusión en la selección jugadores de segunda y tercera generación. 

“Que tengan una pasión por el baloncesto es una cosa y que la sientan por el país es otra. A pesar de que son puertorriqueños no significa que amen la bandera puertorriqueña. Cualquier jugador que sienta amor por este deporte, debe proyectar la pasión no importa en el equipo que juegue”, destaca Ortiz.