QUEBRADILLAS. Al final de una intensa y reñida batalla en ‘alta mar’, Carlos González llevó a puerto seguro la nave pirata, dejando en la ruta, en zozobra, a la capitana.

En la noche del miércoles, González alcanzó su primer campeonato como dirigente en el BSN, cuando los Piratas vencieron 98-90 a los Capitanes de Arecibo en el séptimo y decisivo partido de la Serie Final en el coliseo Raymond Dalmau.

La historia de González es una particular: nunca jugó en el BSN, y durante largos años, desde abajo, tuvo que laborar con ahínco y dedicación en el baloncesto local, incluyendo dirigir en la LAI, en el femenino, en categorías menores y fungir como asistente en varias campañas en el BSN, para conseguir su sueño de ser dirigente en la Liga. En el 2013 se saboreó el título de los Piratas como asistente de Carlos Calcaño, pero en la madrugada del jueves, luego de unas pocas horas de sueño, se levantó como el dirigente de los nuevos campeones Piratas.

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Mostrando el cansancio de la fiesta del miércoles en la noche, pero con una sonrisa de satisfacción en su rostro, González conversó con Primera Hora poco antes de la caravana de celebración de pueblo efectuada ayer.

¿Qué hicieron luego de levantar el trofeo y de bañarse en champán?

Salimos en caravana desde el coliseo y llegamos hasta la plaza para compartir con el mar de gente que había allí. Vaciamos los negocios y compartimos con la gente (ríe). Hemos dormido como tres horitas. Recibimos muchas muestras de cariño, y al final esto es para ellos. Si la cancha estuviese vacía no tiene sentido ir a jugar. Son los que le dan sentido a esto.

¿Y cómo te ha tratado este pueblo desde el triunfo?

La gente está bien agradecida por el logro que obtuvimos. Pero la verdad es que solo soy parte; los muchachos son los protagonistas principales. Los jugadores son los que llevan la batuta. Yo solo les doy una idea y les trazo una ruta, pero ellos son los que ejecutan y los que me hacen a mí bueno o malo. La fanaticada me ha dado mucho cariño, aprecio y agradecimiento.

Estuviste en el campeonato del 2013 como asistente, pero ahora lo lograste como dirigente en propiedad. ¿Cómo se siente? 

La sensación del 2013 y este año es igual, porque el deseo siempre es ganar. Es una bendición poder pasar por esto en este pueblo, que se vive tanto el baloncesto. Y además fue mi primera experiencia. Es especial lograrlo en este pueblo ante los Capitanes de Arecibo, que son el enemigo número uno, lograrlo en casa y en un séptimo juego.

¿Soñabas que iba a ser así o fue mejor aún?

Es más de lo que uno puede pensar. Es como para hacer una película. Si me hubiesen dicho que para ganar hubiésemos tenido que ir a tres séptimos juegos (San Germán, Fajardo, Arecibo), hubiese dicho que era casi imposible ganarlo. Ahora cuando uno mira hacia atrás, fue fuerte. Tres series que fueron al máximo. El último mes jugamos casi todo un día, sí, y un día, no. Fue una temporada muy fuerte, pero gracias a Dios sacamos energías de no sé donde. Creo que el factor de los fanáticos y el apoyo que sentían les obligaba a dar ese empujón extra que necesitábamos.

Raymond Dalmau estuvo presente en la cancha el miércoles. ¿Pudiste hablar con él?

Lo vi en la cancha, pero no tuve oportunidad de hablar con él. Pero con quien sí hablé fue con Orlando Vega (exjugador). Él se quedó con esa espinita de poder ser campeón como jugador en Quebradillas. Creo que en el 2009 estuvo con nosotros y nos quedamos con el subcampeonato. El ver que estaba allí y revivir ese momento del 2013, en el que también estuvo como fanático, fue chévere. Son jugadores que son leyendas de esta franquicia y ver que siguen apoyando el equipo es un gran honor y un orgullo.

¿Como sientes que te coloca este campeonato en términos de tu carrera y de tu resumé?

Primero, bendecido por poder estar al frente de dos franquicias exitosas como los Metros de Santiago en República Dominicana (con quien se coronó campeón) y aquí en Quebradillas, que es una franquicia de muchos años con una gran historia y una cultura de baloncesto. De verdad que es una bendición, y poder lograr esto… para mí es un honor. Personalmente es un logro el poder haber completado la meta de ganar en ambos países. No sé si el destino nos tiene más oportunidades así, por lo que por ahora me voy a disfrutar esta hazaña. No me pongo a pensar lo que pueda decir sobre mí. Eso que la gente lo decida. Si es bueno o no

¿Hay contrato para el año que viene? 

Sí. Tenemos un contrato garantizado para la próxima temporada y veremos a ver si podemos llegar a un acuerdo para atarnos por dos o tres años más. Creo que tenemos un gran núcleo. Veremos a ver, pero si Dios quiere, el año que viene estamos aquí.

Tenemos jugadores jóvenes y también veteranos. Jóvenes como Jorge Bryan y Mike Rosario, que pueden ser figuras dominantes por varios años, y otros que les queda mucho baloncesto, como Bimbo Carmona, Javier Mojica y Richard Chaney. Veremos a ver, pero si Dios quiere, el año que viene estamos aquí.