San Germán. El éxito que han tenido los Atléticos de San Germán en las últimas semanas no ha pasado por desapercibido.

“Hay dos personas que están interesadas y lo he canalizado a través del presidente de la liga, Fernando Quiñones. Estamos teniendo una buena temporada y creo que es el momento de entrar en ese tipo de diáologo”, dijo Carrero, quien fue apoderado de los Atléticos en el pasado.

“A mi me encantaría ser uno de esos dos, pero ahora mismo no puedo. Y no porque el corazón no lo quiere, sino porque mi situación familiar no lo permite. Sin embargo, para cuando termine esta temporada nuestro objetivo es entregar este equipo sin deudas al nuevo comprador, con una nómina manejable y con un talento de jugadores y dirigentes jóvenes con el que se puede seguir creciendo”.

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Según Carrero, la operación de la franquicia ha sido muy buena este año y la razón de ello es que tuvieron una buena planificación y no han incurrido en exceso de gastos.

“Honestamente, nos tiramos a nadar sin tener tiempo sin siquiera saber si el agua estaba fría. Pero se nos hizo más fácil el trabajo al conocer las limitaciones duras con las que teníamos que trabajar. Porque cuando yo era apoderado, por miedo a fracasar, estirábamos el chicle y se tomaron decisiones que luego pasaron factura. Aquí nos hemos mantenido dentro de las limitaciones establecidas”, confesó Carrero.

“Antes de comenzar el torneo (el dirigente) Wilhelmus Caanen y yo hicimos nuestro presupuesto. Cuando Will y yo vimos los jugadores que teníamos y los que faltaban, estábamos los dos en sintonía. No podía ser un equipo que subsistiera de estrellas, sino mas bien de jugadores que tenían el potencial de ser caballotes, que solo necesitaban una oportunidad y creo que hemos logrado eso con el grupo que tenemos. Además, estamos desarrollando un buen grupo de técnicos jóvenes con Will, Xavier Aponte, Johnny Caraballo y Nelson Quiñones”.

Lo mejor de todo es que el equipo ha contado con el respaldo de la fanaticada, que no los ha dejado solo a pesar de la incertidumbre con la que se comenzó el torneo.

“El juego de más baja asistencia este año fue de 1,800 fanáticos. Estamos promediando como 2,400 por juego. Y el que tuvimos recientemente ante Ponce fue el primer lleno total que se da en la Arquelio Torres desde como el 2004. Hasta vinieron los bomberos”, dijo Carrero.

“También hemos tenido una buena base de abonados –como 500– que nos ayudaron a poder comenzar la operación gracias a su compromiso”.

Dicho respaldo también se ha combinado con un sólido núcleo de auspiciadores que han ayudado a darle estabilidad a la franquicia y, quizás, hasta podrían terminar el año con superávit.

“El 40% de nuestros ingresos es de la taquilla y hay otro 40% es de auspicios del suroeste, de fábricas, de farmacias, de comercio local. Eso ha sido muy bueno. También hay otro 20% que ha sido de aportaciones gubernamentales. Nuestra aspiración es que teniendo un equipo sin deudas, de nómina baja, de buen auspicio local y con el potencial de aumentar la asistencia para el 2018, que podamos concretar la venta del equipo a un buen comprador”, agregó Carrero.