La selección de Puerto Rico necesita una urgente inyección de estatura y mollero en la pintura, algo que muy bien podría traer a la mesa el cotizado centro de ascendencia boricua y canastero de tercer año de la Universidad de Texas A&M, Tyler Davis.

Pero para tener alguna oportunidad de que Davis deseara representar a la Isla internacionalmente, primero había que crearle un vínculo con Puerto Rico para que se sintiera identificado con la nación de su abuela materna.

Y a juzgar por su primera visita a la Isla este pasado fin de semana a instancias de la Federación de Baloncesto y de su presidente Yum Ramos, tal parece que Puerto Rico se apuntó el primer asalto a su favor.

“Es mi primera vez en Puerto Rico y realmente no puedo explicar con palabras la experiencia que he tenido aquí. Nunca la voy a olvidar. Desconocía la belleza que existía aquí”, dijo el joven de 20 años de edad y 6’10” de estatura, quien está de visita desde el viernes junto a su madre Yvette Rubio y a su abuelo materno. 

Junto a Ramos, Davis y su familia visitaron lugares como El Morro y El Yunque el sábado y hasta se fueron de gira a Palominito en Fajardo en bote durante la tarde de ayer. Esto aparte de degustar de la cocina boricua durante su estancia.

“El lado materno de mi familia es puertorriqueño y la cocina puertorriqueña ha estado ahí en mi vida desde pequeño. Quizás aquí le agregan algunas cosas, pero todo muy bueno. Lo que no había probado era el mofongo y el que me comí estuvo exquisito. No recuerdo el lugar, pero tengo que volver (se ríe)”, indicó ayer Davis en entrevista con Primera Hora.

“También fui al Viejo San Juan y a varios lugares que no recuerdo su nombre. Luego de un día de playa, iríamos el domingo en la noche a Utuado a conocer el pueblo de mi familia, de donde son mis raíces. Honestamente, me quedo con las ganas de quedarme más tiempo para seguir viendo más”.

Durante su estadía también logró hablar brevemente con el dirigente nacional Eddie Casiano, aunque no pudo platicar con los canasteros José Juan Barea ni con Carlos Arroyo, como se tenía previsto.

“No he tenido la oportunidad aún de hablar con (José Juan) Barea o con Carlos (Arroyo) pero, sin duda, son el tipo de líderes con los que desearías relacionarte. No podría pedir una mejor situación, jugar con jugadores que tienen experiencia campeonil. Me encantaría aprender de ellos y que se me pegue algo de su sapiencia”, confesó Davis, agregando que la visita a la Isla ha tenido un efecto positivo en su posible decisión.

“Venir a Puerto Rico definitivamente ayuda en la toma de decisiones que debo hacer. Me alegra conocer el país que podría estar representando, el nombre que tendría en mi uniforme. La he pasado muy bien aquí. Me siento bendecido y orgulloso de mi sangre puertorriqueña. Visitar la Isla realmente ha transformado mi visión del país. Es algo tremendo el tener la oportunidad de representarlos y en los próximos días estaré tomando una decisión al respecto”.

Entrena cinco horas al día

Una vez regrese a Texas el lunes, Davis reanudará su rutina diaria de trabajo físico que le es requerida por su dirigente Billy Kennedy, y la cual ya está dando frutos.

“He perdido 14 libras en un mes y medio. Estoy haciendo todo lo posible para ser el mejor jugador que pueda ser. Quiero estar en un peso más manejable para tener más velocidad y capacidad atlética. Quiero mejorar mi tiro a distancia y mejorar mi manejo de balón para jugar de frente al canasto”. 

“Ese es mi enfoque este verano. Este fin de semana ha sido de puro relajamiento en Puerto Rico, pero una vez regrese a Texas será a trabajar duro otra, a correr, a comerme la cancha y a levantar pesas.” 

Su rutina de trabajo requeire levantarse temprano para irse a correr o trabajar en pista por una hora a las 6:00 a.m. Posteriormente, asiste a clases de verano hasta las 2:00 p.m. para luego ir a la cancha a trabajar su tiro por una hora. De ahí sale al gimnasio a laborar en pesas por una hora para entonces regresar a la cancha a trabajar un poco más en su tiro, en su manejo de balón y en sus destrezas de ataque al canasto.

“Mi meta principal es poder jugar en la NBA, sin duda. Y para ello tengo que trabajar más duro que los demás. Mientras otros solo cumplen con sus dos horas requeridas de acondicionamiento físico y pesas, yo hago eso más tres horas adicionales de trabajo en la cancha. Esa parte extra es la que me va a separar de los demás. No quiero que se diga que hay alguien que entrena más duro que yo”, indicó Davis, quien promedió 14.1 puntos y 7.0 rebotes, incluyendo 3.1 rebotes ofensivos en la pasada temporada.

“Básicamente estoy trabajando como hora y media en mi tiro a distancia todos los días. Es parte de un proceso de perfección y de tener la confianza de usarlo durante los juegos. Es algo que voy a necesitar para el próximo nivel. Además, no estoy satisfecho con mi porcentaje desde el tiro libre (69.3%). Creo que puedo ser aún mejor. Mi meta la próxima temporada será atinar sobre 80 por ciento de mis tiros y silenciar a mis críticos”.

Complacido Ramos

Por su parte, Ramos sostuvo que se llevó una gran impresión de Davis y anticipa con ansias su decisión.

“Tyler es tremendo muchacho. Está bien centrado y enfocado en su carrera. Es mucho más maduro de la edad que tiene. Apenas cumplió 20 años en mayo. Verlo hablar de su carrera, de las cosas que tiene que hacer para llegar al próximo nivel es asombroso. Y tiene una ética de trabajo excepcional”, dijo Ramos.

“Estamos optimistas y esperanzados de que juegue con nosotros. Al menos ahora podrá tomar una decisión con plena conciencia”, dijo Ramos.