Puede que Kevin Durant sea uno de los jugadores más atléticos sobre los tabloncillos de la NBA, pero en sóftbol la cosa es distinta.

El delantero del Thunder de Oklahoma City fue una de las celebridades invitadas a participar de un partido de sóftbol con fines caritativos que organizó recientemente Richard Sherman, jugador estrella de los Seahawks de Seattle.

La encomienda de Durant parecía sencilla: atrapar aquellos elevados que se aproximaban al jardín central. Pero quedó en evidencia que Durant no posee suficientes habilidades defensivas en el terreno. Cuando Jamal Craeford, escolta de los Clippers de Los Ángeles, bateó lo que parecía ser un inofensivo bombo en la dirección de Durant, el espigado balonceslista no pudo hacer la atrapada.

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¡Ay, madre!  A Durant no le quedó otro remedio que sonreír por el fallido intento. Al menos, fue por una buena causa.