Tal vez, la sola mención del nombre Oscar Ramón Loubriel Flores no le diga mucho. Pero, si lo acompañamos de su apodo, no hará falta decir más. En el mundo podrá haber muchos Monchos, pero en el contexto del deporte puertorriqueño, solo existe uno: Moncho, eterno mascota de los Vaqueros de Bayamón y ‘jugador’ número 13 de la Selección Nacional de baloncesto por las pasadas tres décadas. 

Si alguna vez ha visto un juego de baloncesto de los Vaqueros o del combinado nacional, de seguro ha observado a Moncho en el banco o en el centro del tabloncillo durante un tiempo pedido, aplaudiendo al equipo, ayudando al cuerpo técnico en juegos -y prácticas-, animando a la fanaticada, asistiendo a los jugadores con toallas, bebidas hidratantes, pero sobre todo, ofreciéndoles mucho estímulo, apoyo y abrazos. 

Hoy, la vida de Moncho, de 45 años y quien nació con la condición Síndrome Down, está a punto de ser llevada a la pantalla grande en el documental, “El Alma del Equipo”, del realizador y productor, Ricardo Cayuela.

“El Alma del Equipo es una historia de un niño Síndrome Down que a pesar de las dificultades logra encontrar un lugar dentro del deporte y convertirse en un ícono del baloncesto en Puerto Rico”, expresa Cayuela, en una entrevista colgada en la página del documental dentro de la plataforma de financiación colectiva, Indiegogo.com.

El avance del filme fue estrenado ayer, jueves, tanto en su página oficial, elalmadelequipo.com, así como en sus cuentas de redes sociales en twitter (@monchovaqueros) y de Facebook (El Alma del Equipo). 

Se suponía, según expresa Cayuela en un vídeo colgado en Facebook, que la premier del documental ocurriera el próximo 25 de noviembre, pero ante falta de fondos para completar el proyecto, su estreno quedó pospuesto para principios del 2016, posiblemente para febrero.

Por lo anterior, el equipo de producción del documental comenzó una campaña a través de redes sociales y de Indiegogo.com para solicitar el aporte económico de personas y empresas interesadas en contribuir con el proyecto para poder completarlo. 

“He pasado el último año y medio con los padres de Oscar recopilando información para poder contar esta maravillosa historia. En el transcurso del tiempo he recibido el apoyo de compañías, organizaciones y amistades. Hoy, a solo meses de finalizar el proyecto, necesitamos recaudar un mínimo de $10,000 en solo 30 días. Esta cantidad va dirigida a cubrir los costos de producción, postproducción, gráficos, animaciones, corrección de color, musicalización, masterización del sonido y nos ayudará también a preparar su distribución para el año 2016”, afirma Cayuela.

Desde muy temprano en su vida, Moncho se ganó un lugar especial tanto en las plantillas de los Vaqueros, como en las distintas ediciones de la Selección de las que ha formado parte y con quienes ha viajado a distintos países y continentes para competencias FIBA u del ciclo olímpico. Más que la mascota de ambos equipos, Moncho se ha convertido en todo un símbolo y un referente emocional. Prueba de ello es que en el tráiler del documental, hay una larga lista de personalidades de nuestro baloncesto a quienes se les ilumina el rostro con solo mencionar su nombre, desde los dirigentes Carlos Morales, Carlos Calcaño y Julio Toro, hasta jugadores activos y retirados como Carlos Arroyo, Larry Ayuso y Jerome Mincy, entre otros.

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Pero, más que la historia de un “ícono” de nuestro baloncesto, como lo describe Cayuela, “El Alma del Equipo” es también un relato inspirador y de esperanza para la comunidad Síndrome Down y sus familias.

“Es importante poder recaudar estos fondos (para completar el documental), pero aún es más importante el poder dejarle saber al mundo que este tipo de historia realmente son necesarias. Esta no es una historia más de un niño con Síndrome Down, esta es una historia donde se nos enseña el valor de la familia, el valor del trabajo fuerte y el valor de la dedicación”, describe el director sobre el proyecto.

“Estoy bien orgulloso de este proyecto y estamos bien cerca de terminar el documental”, añade Cayuela.

Aquellas personas interesadas en aportar para completar el proyecto, pueden hacerlo ingresando a Indiegogo

Y si anda necesitado de una alegría o un poco de ánimo, le invitamos a mirar el avance del documental. Entenderá de inmediato por qué decir Moncho es invocar una sonrisa.