Carlos Arroyo está ansioso por entrar en cancha y jugar en Puerto Rico con los Cangrejeros de Santurce en el Baloncesto Superior Nacional.

Pero antes de siquiera pisar el tabloncillo primero tiene que recibir el visto bueno de FIBA, entidad que por los pasados siete días ha atendido su petición para poder jugar en su país natal tras abandonar la liga de Turquía por falta de pagos.

Dicha contestación se supone que baje esta tarde tras cumplirse el tiempo requerido de una semana.

“Los abogados de Carlos nos notificaron que la decisión de su caso viene mañana (jueves) y estamos esperanzados que la contestación será en la afirmativa”, dijo el apoderado de los Cangrejeros, Angelo Medina.

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Los abogados de Arroyo solicitaron a FIBA que intervenga con la Federación de Baloncesto en Turquía para que le otorgue la carta de transferencia para jugar en Puerto Rico. La federación turca se negó inicialmente a tal petición a instancias del equipo Galatasaray, pero sujeta a que Arroyo pudiese demostrar el incumplimiento de contrato que alega.

Los representantes de Arroyo, por su parte, enviaron la evidencia necesaria que estipula que el canastero boricua estuvo sin cobrar por más de 30 días, lo que en su contrato es causal para anulación.

“Para mí ha sido un año de mucha carga mental para mí pues estaba lidiando con esta situación económica. Y no solo yo, todos los jugadores del Galatasaray”, dijo Arroyo a Primera Hora.

“Y con eso tratarnos de enfocarnos en lo que teníamos que hacer en cancha, sin contar los cambios que tuvimos que hacer a principios de años con jugadores que entran y jugadores que se van. Fue mucho. Y después vino la desilusión de la distracción económica del equipo. Nosotros estuvimos tratando de bregar en la cancha pero esa distracción no nos dejaba jugar al 100 por ciento”.

Debido a dicha situación, Arroyo optó por abandonar el equipo a inicios del mes de marzo. Y aunque hace un semana el Galatasaray ofreció pagar la deuda pendiente, Arroyo declinó regresar.

“Confié en su palabra mucho, todo el año y la situación no mejoró. Así que tomé mi decisión. No estaba tranquilo. No estaba enfocado. No se puede jugar así”, dijo Arroyo.

Por lo pronto el cotizado armador entrena ya a todo vapor en la Isla junto a José Cruz, trabajando tanto en pista como en gimnasio para mantenerse en condición óptima y poder entrar a cancha con toda probabilidad el domingo ante los Atléticos de San Germán en el Coliseo Roberto Clemente.

Medina indicó que de recibir el visto bueno de FIBA el jueves, Arroyo podría integrarse a los entrenamientos del equipo el viernes de cara a su debut.