Lo que sí ha llamado mucho la atención ha sido la facilidad con la que Golden State se ha impuesto, aún sin desempeños sobresalientes de los ‘Splash Brothers’, Stephen Curry y Klay Thompson.

Y es que aunque la ofensiva  de los Warriors ha superado la cifra de 100 puntos en cada uno de sus dos juegos, ha sido su defensa  -mezclada con una falta de enfoque y esfuerzo inconsistente por parte de los jugadores de Cleveland-   lo que ha inclinado la balanza totalmente a favor de Golden State. 

Por un lado, los Warriors han optado por no doblar defensivamente a LeBron James, prefiriendo incomodarlo en el perímetro o negarle penetraciones al canasto al utilizar un solo jugador, sea Draymond Green o Andre Iguodala para esa asignación.

Relacionadas

Solo en pocas ocasiones algún compañero se presenta a ‘molestar’ por un segundo y negarle una línea recta de penetración al canasto a James,   o en ocasiones  sale algún hombre grande como Andrew Bogut a proteger el canasto.

Los Cavs están secos desde la línea de tres

En la mayoría de los casos, cada jugador de los Warriors se queda con su canastero asignado en defensa. De esta forma, han impedido que los trespuntistas de Cleveland que no saben crear su propio tiro a distancia y que dependen de quedar completamente abiertos para lanzar -como Kevin Love, Channing Frye, J.R. Smith, Iman Shumpert, Matthew Dellavedova o Richard Jefferson- casi siempre tengan una mano de frente si reciben el balón en el perímetro. O sea, no hay tiros abiertos de tres en exceso. 

Esto ha impedido que un equipo que lanzó sobre 50 por ciento en triples y encestó 19 canastos de tres puntos por juego en la serie contra los Hawks de Atlanta, encuentre su ritmo.  Cleveland, que  tuvo efectividad de 43 por ciento a larga distancia en los playoffs de la Conferencia Este, ahora apenas puede atinar un pobre 27 por ciento (12-44)  en triples y solo seis canastos de tres por juego durante su primeros dos desafíos.

La carencia de esa eficiencia a larga distancia ha provocado más rebotes largos para Golden State y la capacidad de correr más a menudo. De hecho, en el segundo juego, Curry recogió nueve rebotes.

Los Cavs,  simplemente, se han visto fuera de ritmo en las áreas donde tuvieron éxito en sus series de playoffs previas a la final. Eso ha redundado en cierta frustración, en el olvido del pase extra,  y en demasiados tiros forzados uno contra uno de James y Kyrie Irving, que han contribuido a un malísimo 36.8 por ciento de efectividad de campo.

Y ni hablar del trabajo de la banca de Golden State, que ha aventajado 84-35 en puntos en los primeros dos juegos.

Alternativas para Cleveland

A nivel ofensivo, los Cavaliers podrían experimentar insertando al centro Tim Mozgov en la rotación titular. 

Mozgov promedió 16.8 puntos, 8.8 rebotes y 1.8 tapones en cinco de los seis juegos de la final del 2015  ante Golden State, es un gran ‘cortinero’ para liberar tiradores, sabe postearse en la pintura y corta duro al canasto en pick-and-rolls.

Cleveland debe intentar jugar más grande, en vez de jugar el juego de Golden State con rotaciones pequeñas. Si algo le dio líos a los Warriors en la serie con el Thunder de Oklahoma City fue la estatura de Steven Adams y Serge Ibaka.

Los Cavs, además, deben retomar el juego colectivo que les dio resultados en sus series previas y poder mantener su intensidad defensiva por 48 minutos y no solo 20 o 30.