Mientras transcurría el partido, observé la estatua de Roberto Clemente desde diferentes ángulos. Hasta le tomé fotos.

Supuse que dondequiera que esté el Astro Boricua no le causó mayores contratiempos que Puerto Rico hubiese perdido 3-0 ante República Dominicana por el campeonato del Clásico Mundial de Béisbol y que allí mismo, frente a él y al coliseo que lleva su nombre en San Juan, Puerto Rico, cientos de dominicanos de la diáspora comenzaran a celebrar respetuosamente y con todo derecho su muy merecido triunfo.

Pensé que a Clemente, el mejor pelotero que haya parido esta bendita patria, un deportista y gran competidor, no le hubiese molestado en lo mínimo ver a sus hermanos dominicanos celebrando pues, al fin y al cabo, la victoria fue en buena lid.

Dominicana fue mejor. Tan bueno que se coronó invicto con 8-0.

Con sensación agridulce, pero saliéndome de la piel de fanático por un rato, no tuve  más opción que realizar las entrevistas que mi labor de periodista requerían en aquel momento, en una noche en que cientos de personas se congregaron allí para ver en pantalla gigante el decisivo encuentro.

Eso fue el 19 de marzo de 2013.

El momento fue agrio porque se compite para ganar. Pero tras terminar mis labores, reflexioné que una medalla de plata y un subcampeonato no estaban nada mal para un equipo del que no se esperaba eso, y que dio un campanazo de nivel global al eliminar en semifinales al dos veces campeón del evento, Japón.

Y anticipando el desarrollo de una nutrida nueva cepa de peloteros boricuas de impacto y calidad, adopté la frase de muchos puertorriqueños: "ya veremos en el próximo".

Y el próximo Clásico ya está aquí. Y la anticipación también.

A partir del próximo viernes 10 de marzo todo Puerto Rico volverá a unirse detrás de Alex Cora, Edwin Rodríguez, Yadier Molina, Carlos Beltrán, Carlos Correa, Francisco Lindor, Javier Báez y el resto del Team Puerto Rico, que irá a Guadalajara, México, en la primera ronda y, Dios mediante, a San Diego y Los Angeles para tratar de completar lo que no se pudo en el 2013.

Y Dios mediante también, con las fotos de la estatua de Clemente como amuleto, estaremos también junto a ellos informándoles a diario lo que allá suceda... que percibo que harán brillar a nuestra bandera una vez más.

Y por supuesto, esperando que esta vez el metal en el cuello de los boricuas sea más brillante...