Esa fue la impresión que Báez le dio y le comunicó a la reportera de ESPN, Marly Rivera, durante una entrevista posterior a las fotos en la que se sentó con Báez para dialogar para el artículo que las acompañará en la publicación.

Aunque Rivera, oriunda de Carolina, Puerto Rico, y residente de Estados Unidos desde hace más de dos décadas, no pudo estar en la sesión de fotos, si conversó por alrededor de tres horas con su compatriota poco antes del Clásico Mundial de Béisbol durante el mes de marzo.

“Creo que para Javier esto fue algo divertido . Una de las cosas que la gente no sabe es que Javier Báez es un tipo bien divertido y bien relax. Esto era algo a lo que el le dio la bienvenida y no hubo que convencerlo mucho”, manifestó Rivera.

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La reportera recordó que El me dijo que estaba muy orgulloso de su cuerpo, especialmente de sus pantorrillas, y de sus tatuajes, los que básicamente hacen un relato de su vida y que incluyen imágenes como la de Noely, su hermana fallecida, el apodo de su padre, estampas del morro y la bandera boricua, el logotipo de Major League Baseball.

 “El sintió tanto orgullo de su cuerpo que me dijo que el pasado año pasado, cuando lo hizo Jake Arrieta (compañero de Báez en Chicago) se burlaron de él un poco, pero él dijo que a él no le importaba y que esas cosas a él no le preocupaban. Él quería que lo conocieran, que vieran su perfil natural”, sostuvo Rivera, quien usualmente trabaja en la cobertura de béisbol de la telecadena.

“Lo curioso fue que él no mostró preocupación por nada en ningún momento. Al contrario, dijo que le encantaba, que estaba contento y ‘vamos pa’ encima’. Esa era la actitud y sinceramente me sorprendió. Pensé que sería más tímido y habló abiertamente”, finalizó Rivera.