Que antipático suena eso de que, ahora, los Piratas de Quebradillas del Baloncesto Superior (BSN) serán los Atenienses de Manatí. 

Me cuesta digerirlo.

Esto tiene que provocarle reflujo y disfunción diastólica a todos los fanáticos Piratas, los cuales no se circunscriben solamente al Guajataca, sino a toda la Isla.

Imagínense si los Leones de Ponce, en lugar de haber recesado cuando lo hicieron hace cuatro años, se hubieran mudado a, digamos, Caguas o Cabo Rojo. ¿Qué simpatías hubieran tenido esos miles de seguidores ponceños por los Criollos de Caguas o los Corsarios de Cabo Rojo? Ninguna, absolutamente, ninguna.

En el caso de Quebradillas toda esta mudanza, alegadamente temporera, se da en momentos que el equipo cuenta con un moderno coliseo y una plantilla que viene de ser campeona tan reciente como en 2013. Además, ya toda esa zona del Guajataca no tiene más ninguna competencia en mercadeo tras la desaparición de los Gallitos de Isabela, Tiburones de Aguadilla y Santeros de Aguada, por lo que se supone que todo ese sector comercial sea dominio total de la franquicia pirata.

Manatí fracasó aparatosamente en su intento con un equipo de béisbol profesional. ¿Qué garantiza que no pase lo mismo ahora en el BSN? ¿Por cuánto tiempo durará el enchule de la actual administración municipal con esta aventura? ¿Cuántos fanáticos perderá Arecibo ahora, considerando que por lógica geográfica los residentes de Manatí que siguen el baloncesto lo hacen bajo los colores de los Capitanes? 

Se acabó la intensa rivalidad de Quebradillas vs Arecibo ¿A alguien le provoca emoción Capitanes vs Atenienses? ¿Cómo es posible que después de haber firmado a Ricky Sánchez por la onerosa cifra de $600 mil, ahora venga el apoderado Felo Rivera a reclamar que se tiene que mudar por problemas financieros?

Algo queda claro aquí. La operación de una franquicia del BSN se fue de las manos. Está en niveles prohibitivos. A consecuencia, ya son demasiados los cambios de apoderados y peticiones de dispensas en los últimos años. 

Súmele el agravante de que cada vez va a ser más limitada la aportación de los alcaldes. Cada vez va a ser más difícil vender a potenciales patrocinadores en medio de una economía en contracción.

Ganar tiene un precio, pero como en el mundo de bienes raíces y tasaciones, cuando te "esmandas" metiéndole a tu casa, la sacas del mercado.