Carlos Beltrán bateó de cuatro esquinas cuando se le preguntó con qué gorra le gustaría entrar al Salón de la Fama en caso de que tenga eventualmente ese oportunidad.

Sin titubear, así respondió el recién jugador de Grandes Ligas que, además, gano su primer campeonato con los Astros de Houston hace dos semanas.

“Con la gorra de Puerto Rico. Esa sería mi respuesta. Sería injusto. He participado con tantos equipos en las Grandes Ligas. Con todos he tenido una experiencia increíble. Con Kansas City y los Mets participé mucho tiempo, pero si me dan la opción, escojo la de Puerto Rico”, dijo en conferencia de prensa en el aeropuerto Luis Muñoz Marín.

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Beltrán llegó hoy a Puerto Rico para continuar ayudando a las comunidades de Puerto Rico a través de su fundación, que previamente había enviado seis aviones de suministros para su natal Manatí. Desde mañana hasta el domingo, Beltrán, su esposa Jessica y la Fundación visitarán Manatí, Carolina y Canóvanas, entre otros municipios, para llevar ayuda.

Beltrán es elegible para entrar en el Salón de la Fama cinco años luego de su retiro. Ha dicho, tras su retiro, que ha puesto sus números estadísticos para entrar en el Salón y que ha recibido una respuesta positiva de los reporteros de béisbol que votan para el Salón.

El quinto ambidextro con más cuadrangulares en las Grandes Ligas dijo desconocer si podrá llevar la gorra de Puerto Rico al Salón. Dijo que el mismo recinto le hace sugerencia a los jugadores sobre qué gorra usar.

Pero agregó que no hay peor gestión que la que no se hace.

“Representé mi país por todo este tiempo y mi trabajo fue en Estados Unidos y con diferentes organizaciones, pero al final del día tengo que espera que llegue el momento y ver las recomendaciones que me hagan. Cuando me las hagan, hago las mías. Sería especial que me dieran la oportunidad y para no ser injusto con ninguna organización, creo que sería chévere”, agregó.

Hay un posible precedente en el jugador estadounidense Leon Day, quien entró póstumamente al Salón de la Fama con la gorra de Tiburones de Aguadilla, en los que jugó en la década del 50. Day se destacó en las ligas negras de Estados Unidos. La viuda de Day fue quien tomó la determinación porque su esposo tenía buenos recuerdos de la Isla y Aguadilla.

Cuestionado al respecto de ese precedente, Beltrán respondió que con más razón sugerirá entrar al Salón con los colores patrios.

“Eso es espectacular. Que yo diga Puerto Rico, me lo debe permitir”, dijo.

Beltrán dijo el mismo día en que anunció su retiro que las seis organizaciones para las que jugó en las Grandes Ligas le abrieron las puertas para que el boricua continúe con ellos una carrera fuera del diamante. Beltrán también ha dicho que le gustaría dirigir en las Mayores.

Ayer dijo que no ha habido más acercamientos por texto, que todo es cuestión de que él decida. Beltrán ha sido mencionado como posible dirigente de los Yankees de Nueva York.

“No ha llegado ningún texto nuevo. Honestamente no pensaba volver tan rápido al juego. Quería darme la oportunidad con mi familia. Viajar. Pero por las relaciones con estos equipos pues entiendo que las puertas están abiertas. Todos los gerentes generales para los que jugué dijeron que, si en un futuro quería hacer algo, que contara con ellos”, dijo.

“La bola está de mi lado”, sentenció.

“Estoy tranquilo. Quiero pasar un verano en Puerto Rico, el que no pasó desde 1995. En algún momento, cuando entienda que puedo dar ese paso, lo haré”, agregó.

Beltrán detalló que hoy visitará la barrio Cantitos de su natal Manatí, que “creo que está bien malito” e irá a la escuela y alma mater, la Fernando Callejo.