YONKERS, NUEVA YORK. Un grupo de jóvenes de escuela superior se apoya de la verja que  les separa de la jaula de bateo. Vestidos con su indumentaria de peloteros, todos esperan su turno para iniciar sus entrenamientos. Pero antes observan con atención al hombre  que practica su swing en el interior de la jaula. El sonido que emite su bate al golpear la pelota  es diferente. Aquel no es un jugador cualquiera; se trata de Carlos Beltrán, una de las grandes estrellas de las Grandes Ligas. 

Aquí, en el centro de entrenamiento Bomberville en Nueva York y huyendo del frío  invierno en esta ciudad, Beltrán trabaja con su mecánica de bateo tres veces a la semana  en compañía de otros amigos  como el jugador de los Mets de Nueva York, José Reyes, y el exgerente general de la novena de Queens, Omar Minaya.

Además de prepararse para la que será la campaña número 20 de su carrera en las Mayores, el nuevo jardinero y bateador designado de los Astros de Houston trabaja con otro propósito en mente: el Clásico Mundial de Béisbol. Para el manatieño, la edición de 2017 será  su cuarta luciendo el uniforme de Puerto Rico, distinción que comparte con otra de las seguras grandes figuras del equipo, el receptor Yadier Molina. 

A 50 días del inicio de la acción del Grupo D del Clásico en Guadalajara, México –donde los boricuas jugarán ante Venezuela, México e Italia–, Primera Hora conversó con Beltrán para conocer cómo se prepara para el evento y lo que representa para él ponerse el uniforme de Puerto Rico.

“Lo más bonito de todo es tener la oportunidad de jugar con todos los puertorriqueños que nos representan en las Grandes Ligas. Poder compartir el clubhouse con ellos, que ellos vean lo que uno hace y ellos ver lo que uno hace”, precisó el jugador de 39 años que viene de una de sus mejores campañas ofensivas al batear .295, con 29 jonrones y 93 carreras empujadas entre los Yankees de Nueva York y los Vigilantes de Texas.

  Beltrán debutó en el Clásico de 2006, en el que se jugaron dos rondas en el estadio Hiram Bithorn. Regresó para el Clásico de 2009, que también tuvo una parada en San Juan, al igual que el de 2013, en el que Puerto Rico finalizó en segundo lugar. 

“Cuando representas tu país ya eso es un orgullo personal. Estás representando tu cultura, tus raíces, tu patria, tu familia, el lugar donde naciste, tu gente. Para mí eso tiene un valor increíble, es una experiencia única”, expresó el jugador en un instante de descanso durante su sesión de bateo. 

Al hablar sobre el equipo de Puerto Rico, que contará con figuras como Francisco Lindor, Javy Báez, Carlos Correa y Edwin Díaz, entre muchos otros, Beltrán reconoce que al no haber tanto tiempo de práctica con toda la plantilla,  habrá que apurar el proceso de acoplamiento. 

“La clave de todo esto va a ser como nosotros buscamos la manera de engranar ese talento y crear una química que nos permita tener éxito”, apuntó.

Listo para ayudar a los jóvenes

Mientras se prepara para el Clásico, en el que Puerto Rico debutará el 10 de marzo ante Venezuela, Beltrán también aprovecha para ayudar a los jóvenes que se dan cita a Bomberville. Ayudar sin dudas está en su misión de vida. Y ese mismo objetivo le alienta para ser parte no solo del equipo de Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol, sino de  los Astros de Houston.

“Me encantaría ayudar a Carlos Correa ya que es puertorriqueño y un muchacho muy talentoso que ha demostrado tener potencial y material para ser uno de los mejores en el béisbol de las Grandes Ligas”, indicó, al tiempo que mencionó también a José Altuve, George Springer y Alex Bregman. 

“Puedo trabajar con ellos estando ahí para motivarlos en momentos difíciles, y en los momentos buenos decirle lo orgulloso que estoy de ellos. De eso se trata, de poder utilizar las herramientas que Dios nos ha dado y pasarlas a los peloteros más jóvenes que van subiendo”, explicó.

Beltrán, sin dudas, tiene lo necesario para ofrecer esa ayuda. 

“Hay que poner las prioridades en orden. Nosotros como peloteros tenemos que buscar la manera de mejorar en diferentes áreas todos los años”, dice  el jugador que  firmó por un año y $16 millones con Houston.

Beltrán también aspira a lograr dos grandes metas en  2017: ganar con Puerto Rico el Clásico  Mundial y con los Astros la Serie Mundial. 

“Al final del día, una Serie Mundial sería el sueño de todo pelotero, pero uno tiene que entender que no todos los peloteros que jugaron en la historia del béisbol ganaron series mundiales”, dijo.

Llegar o acercarse a 450 jonrones y a 2,800 hits en su carrera este año será importante para pulir su resumé como futuro candidato al Salón de la Fama. Pero, en este momento, todo eso es secundario. La meta ahora es ganar.