Por segundo año consecutivo, el receptor Yadier Molina, de los Cardenales de San Luis, se encuentra entre los favoritos para el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Nacional.

En la historia boricua de las Grandes Ligas, cinco puertorriqueños han tenido el honor de ser los más valiosos en el mejor béisbol del mundo.

Roberto Clemente y Orlando “Peruchín” Cepeda le dieron gloria al país al ganar el primero en 1996 y el segundo en 1967, éste de manera unánime.

Guillermo “Willie” Hernández se destacó al ser MVP y ganar el Cy Young en el mismo año, mientras que el dúo de Juan “Igor” González e Iván Rodríguez se quedaron con tres de cuatro trofeos para finales de la década de 1990.

A continuación, repasamos los puertorriqueños que han ganado el premio a MVP en las Grandes Ligas.

Roberto Clemente, Piratas de Pittsburgh 1966

El astro boricua se convirtió en el primer puertorriqueño que recibir el máximo honor individual al ser escogido como el MVP en la campaña de 1966. Superó en la votación (218-208) al lanzador de los Dodgers, Sandy Koufax, quien irónicamente recibió un voto más para primer lugar (9-8). Antes de ese año, lo más alto que había quedado Clemente en la votación fue un cuarto lugar en 1961.

El carolinense bateó para .317 (quinto en la Nacional), con 202 anotadas, 119 empujadas y 29 cuadrangulares, siendo estas  tres últimas estadísticas las mejores en su carrera. Logró 202 indiscutibles, 31 dobles en 154 partidos. Fue nombrado a su séptimo Juego de Estrellas al hilo, y ganó su sexto Guante de Oro consecutivo por su gran trabajo en el bosque de la derecha. Los Piratas terminaron el año con 92-70, aunque no pudieron clasificar a la postemporada.

Orlando “Peruchín” Cepeda, Cardenales de San Luis, 1967

Fue escogido de manera unánime al recibir todos los votos de primer lugar (21)  para terminar con 280 puntos, dejando atrás a su compañero de equipo, el lanzador Tim McCarver (136) y su compatriota Roberto Clemente (129). De hecho, Cepeda se convirtió en el primer jugador en ganar de manera unánime los premios a Novato del Año y MVP, gesta repetida únicamente por el dominicano Albert Pujols (2001 y 2009).

El inicialista tuvo una temporada de ensueño en su segundo año con los Cardenales.  En 151 partidos, bateó para .325, con 193 hits, 37 dobles, 25 jonrones y fue líder de la Liga Nacional con 111 remolcadas.

En el 1967 fue nombrado al Juego de Estrellas por primera vez desde 1964 y los Cardenales terminaron con marca de 101-60, la mejor en la Nacional y ese año la novena terminó ganando la Serie Mundial contra los Medias Rojas de Boston.

En 1961, cuando militaba con los Gigantes de San Francisco, fue segundo en la votación al MVP, solo superado por Frank Robinson, de Cincinnati.

Guillermo “Willie” Hernández, Tigres de Detroit, 1984

El espigado zurdo fue la gran figura de 1984. Se convirtió en apenas el quinto lanzador en ser MVP y ganar el Cy Young la misma temporada. En la votación al MVP,  Hernández recibió 16 votos de primer lugar y terminó con 306 puntos al superar a Kent Hrbek, de Minnesota (5 votos para primer lugar y 247 puntos).

Participó en 80 encuentros, de los cuales terminó 68, salvó 32 y su efectividad fue de 1.92, que terminaron siendo sus mejores números en su carrera. Fue nombrado a su primer Juego de Estrellas, y en total, lanzó en el año 140.1 entradas en las que ponchó a 112 contrarios, también lo mejor en su carrera en ambos departamentos.

Fue pieza en el gran arranque de Detroit, que inició el año con marca de 35-5, camino a concluir con 104-58 (la mejor en la historia de la franquicia), amén de que su equipo, eventualmente, ganó la Serie Mundial.

Juan “Igor” González, Vigilantes de Texas, 1996 y 1998

El vegabajeño es el único boricua en ganar el premio en dos ocasiones. Primero, en 1996, superó en una cerradísima votación a Alex Rodríguez, de los Marineros de Seattle. González recibió 11 votos para primer lugar contra 10 de Rodríguez, y totalizó 290 puntos, tres más que Rodríguez (287).

En dicha temporada bateó para .314 con 47 jonrones (lo que resultó ser la mayor cantidad en su carrera). Logró 170 indiscutibles, 144 remolcadas y 89 anotadas en 134 encuentros.  Recibió su tercer Bate de Plata. Los Vigilantes terminaron con marca de 90-72-1 y lograron el segundo título divisional de su historia.

González volvió a recibir los máximos honores en 1998, aunque esta vez de una manera más cómoda, al vencer a Nomar Garciaparra (Boston) con 21 votos para primer lugar contra cinco del campocorto de los Medias Rojas.

El boricua registró 157 remolcadas y 50 dobles, líder en la Americana. Ambos números resultaron ser los mejores de su carrera, al igual que los hits (193). Bateó para .318, anotó 110 carreras y 45 bambinazos en 154 desafíos. Recibió su quinto Bate de Plata y fue al Juego de Estrellas por segunda ocasión en su carrera.

Texas terminó el año con 88-74 y su segundo cetro divisional en tres temporadas.

Iván Rodríguez, Vigilantes de Texas, 1999

El receptor no consiguió la mayor cantidad de votos para primer lugar (8-7), pero venció al dominicano de Boston, Pedro Martínez, en puntos 252-239.

Estableció marcas personales en indiscutibles (199), empujadas (113), jonrones (35) y bases robadas (25). Bateó para .332 con 29 dobles en 144 juegos. Rodríguez fue escogido para su octavo Juego de Estrellas consecutivo, además de ganar su octavo Guante de Oro al hilo. De igual forma, se agenció su sexto Bate de Plata en fila.

Texas terminó dicha temporada con 95-67 (la mayor cantidad de victorias en ese momento)  y lograron su tercer cetro divisional en cuatro temporadas.