Nueva York.- Las principales aerolíneas están cancelando vuelos en el área de Nueva York en previsión a la segunda tormenta significativa en la región en poco más de una semana.

United y American planeaban suspender las operaciones en la región la tarde de hoy. Otras líneas aéreas sugirieron a los pasajeros cambiar las fechas de vuelos sin cobrarles recargo.

Las aerolíneas se apresuran a cancelar vuelos antes de las grandes tormentas para evitar la paralización de aviones y tripulaciones. Al mediodía del miércoles se habían cancelado unos 1.200 vuelos para ese mismo día, según FlightAware. Un 40% de ellos eran en el aeropuerto internacional Liberty Newark, en Nueva Jersey.

La supertormenta Sandy provocó la semana pasada la cancelación de más de 20.000 vuelos, la segunda más perjudicial en los últimos siete años. La nueva tormenta no es tan intensa como Sandy, pero de todos modos conlleva fuertes vientos, una mezcla de lluvia y nieve, y la posibilidad de más inundaciones. Sandy anegó algunas pistas aéreas cuando tocó tierra.

United, la aerolínea más grande del mundo, suspendió la mayoría de sus servicios en Nueva York a partir del mediodía. Advirtió que el mal tiempo probablemente causaría más demoras y cancelaciones en todo el nordeste.

American Airlines cerraba sus servicios en Nueva York a las 3 de la tarde. Al mediodía había cancelado los vuelos hacia y desde Filadelfia.

La mayoría de las demás líneas aéreas, incluso Delta y JetBlue, solicitaron a los pasajeros que cambiaran sus vuelos hacia el nordeste para fecha posterior, sin cobrarles la penalidad habitual que llega hasta los 150 dólares.

JetBlue, la mayor aerolínea de servicio nacional en el aeropuerto John F. Kennedy en Nueva York, dijo que sus operaciones acababan de volver a la normalidad el lunes.

Se prevé que las olas en las costas de Nueva Jersey y Nueva York alcancen hasta un metro (3 pies), apenas la mitad o un tercio de las causadas por Sandy la semana pasada. Pero los vientos, que podrían alcanzar los 100 kph (65 mph), podrían llegar bien tierra adentro durante el día, dificultando la tarea de restablecer el suministro eléctrico a los usuarios que todavía no lo tienen o causando otros apagones.