Si bien es cierto que las comparaciones tienden a ser injustas e irrazonables, hay circunstancias en los deportes que lo ameritan.

Ese es el caso del domincano Albert Pujols y el boricua Carlos Beltrán. Pujols dejó a los campeones de la pasada Serie Mundial, Cardenales de San Luis, para firmar con los Angelinos de Los Ángeles y los pájaros rojos decidieron llenar su vacío con el jardinero manatieño.

La historia de ambos equipos tomó rumbos muy distintos.

Desde el momento en que el inicialista pactó con los Angelinos el pasado invierno, parecían mínimas las posibilidades de que los Cardenales alcanzaran la postemporada. Incluso, lucía casi seguro que, con la llegada de Pujols, los Angelinos clasificarían para los playoffs con el banderín de la División del Oeste de la Liga Americana.

Nueve meses y 162 partidos después, la realidad es totalmente distinta.

Los Cardenales luchan hoy por su boleto a la postemporada mediante el comodín con los Bravos de Atlanta, mientras que los jugadores de los Angelinos “se fueron de vacaciones “luego que el equipo terminara en la tercera posición de su división con récord de 89-73.

El principal problema de Los Ángeles no estuvo en Pujols ni en su lento comienzo, pues el dominicano terminó con promedio de .285 con 30 cuadrangulares y 105 carreras remolcadas.

De hecho, el bateo colectivo del equipo ocupó la primera posición en la liga con promedio de .274 y, además, como acierto el ascenso de Mark Trout, quien seguramente cargará con el premio Novato del Año de la Liga Americana y hasta hace poco era uno de los favoritos, junto con Miguel Cabrera, para quedarse con el premio de Jugador Más Valioso (MVP).

La piedra en el camino fue su cuerpo monticular, en específico su bullpen. Su pitcheo ocupó el octavo puesto de la Liga Americana con efectividad de 4.02.

En San Luis, en cambio, todos los jugadores aportaron un granito de arena.

El jardinero Carlos Beltrán cumplió, en cierta medida, con la encomienda de sustituir el peso ofensivo de Pujols al batear para promedio de .269 con 32 cuadrangulares y 97 carreras remolcadas.

Ahora se suma el hecho de que cinco peloteros batearon sobre una veintena de cuadrangulares por primera vez en la historia de la franquicia.

Entre ellos, el receptor boricua Yadier Molina, quien demostró su madurez ofensiva y se posicionó en el primer puesto de bateo del equipo con promedio .315. Además, conectó 22 jonrones y remolcó 76 carreras por primera vez en nueve temporada en las Mayores.

Su pitcheo trabajó para una efectividad de 3.71 al tiempo que sus abridores tuvieron récord de 73-48.

Por otro lado, definieron la posición de closer con Jason Motte, quien se convirtió en el cuarto lanzador en superar los 40 salvamentos en la historia de la franquicia. Motte salvó 42 partidos en 49 oportunidades.