Fue Yogi Berra quien hizo famosa la frase “esto no se ha acabado hasta que se haya acabado”. También quien analizó que el juego de béisbol es “un noventa por ciento aptitud mental y la otra mitad esfuerzo físico”.

 “Sus frases opacaron su grandeza como jugador”, evaluó ayer el historiador boricua Jorge Colón Delgado. “Ahora con su muerte muchos descubrirán su grandeza como pelotero”.

En 19 temporadas entre el 1946 y el 1963, el pelotero de 5’7’’ de estatura bateó para promedio de .285 con 358 jonrones, y 1,430 RBI. Exaltado al Salón de la Fama  en el 1972, Berra jugó en 14 Series Mundiales y formó parte de 10 equipos que ganaron dicha sortija. Ningún otro pelotero se le acerca en esos dos logros.

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“Lo hacía todo bien. Lo único que no hacía era robar bases”, agregó sobre el jugador que mayormente fue receptor y quien fue MVP de la Liga Americana tres veces (1951, 1954 y 1955).

Su mejor campaña fue la de 1950, cuando bateó .322 con 28 jonrones y 124 RBI. Esa campaña ganó la tercera de sus 10 Series Mundiales.

Contrario a lo que sucedía con muchas estrellas de su época, Berra no jugó en la liga invernal de Puerto Rico. Pero vino con los Yankees a una serie de cinco juegos en febrero de 1947. Según relató Colón Delgado, ese año Berra era novato de los Yankees y el equipo jugó partidos ante Ponce, San Juan, Caguas y una selección de nativos. A la serie también vino Joe DiMaggio, pero no jugó porque estaba lesionado. Se quedaron en el hotel Normandie y los juegos fueron en el estadio Sixto Escobar. Para la serie se hizo una pausa de dos semanas al torneo boricua. Y en la serie los Leones vencieron a los Yankees.

En cuanto a Berra, en la serie bateó de 4-2 en su limitada participación.