El exrepresentante de mercadeo del pelotero Carlos Correa en Puerto Rico, Frankie Higginbotham, demandó el pasado jueves en el tribunal federal de San Juan al estelar campocorto de los Astros de Houston y a sus padres Carlos Correa y Sandybel Oppenheimer, esto por incumplimiento de contrato, difamación y daños.

Higginbotham  fue asesor del jugador santaisabelino desde finales de 2012 hasta enero pasado, cuando los Correa concluyeron su relación con él y su empresa CKS Sports, según la demanda de 28 páginas, asignada al juez Francisco Besosa.

De acuerdo a las alegaciones, Higginbotham y su empresa CFK Sports reclaman al pelotero y sus padres pérdidas por incumplimiento de contrato de Correa ascendente a $3,750,000, otros $300,000 por difamación, otros $750,000 por enriquecimiento injusto y otros $750,000 por daños extracontractuales, además de que pague los gastos legales, lo que de forma global se acerca a $6 millones.

Relacionadas

De acuerdo a la demanda, se asegura que la relación de Correa con Higginbotham se deterioró por “servicios personales” que eran requeridos por los padres del pelotero, así como que hubo problemas por las exigencias contractuales de la empresa que representaba a Correa, The Legacy Agency (TLA), y cuya contratación fue asesorada por el propio Higginbotham.

De hecho, en la demanda se alega que los padres de Correa incurrieron “en una campaña de difamación” en contra de los demandantes, incluyendo alegaciones de que Higginbotham hurtó dinero de un torneo benéfico de golf.

“Luego de la divulgación de esas difamaciones, los demandantes han tenido mucha dificultad en reclutar nuevos clientes en el béisbol y, por lo tanto, frustró futuras ganancias de los demandantes y se ha dañado su reputación”, se indicó.

Higginbotham declinó dar hoy declaraciones sobre esta demanda. Indicó que estará atendiendo a la prensa durante la semana.

Como parte del recurso, Higginbotham  incluyó una solicitud de interdicto para que el tribunal federal intervenga de inmediato para evitar un alegado daño a la empresa CFK y a su propietario.

En el recurso legal, Higginbotham y CFK alegan que gracias a su trabajo el pelotero de los Astros logró acuerdos millonarios de mercadeo que “convirtieron a Correa en uno de los jugadores de béisbol profesional mejor pagados en términos de ingresos fuera del campo”, alega la demanda.

La demanda incluso relata que el primer acercamiento entre  Higginbotham y los Correa fue cuando este de forma gratuita los asesoró para que el pelotero,  en aquella época de 18 años, no aceptara un contrato con una empresa de venta de autos en el que le pagarían con un vehículo usado.

Según la demanda, los Correa y Higginbotham llegan a un acuerdo contractual desde octubre de 2012 para que los orientara a él y su familia sobre manejos correctos de la imagen del pelotero, quien luego se convirtió en el primer jugador puertorriqueño en ser reclamado en el primer turno del sorteo de novatos de 2012 por los Astros.

Higginbotham debía recibir un 20% de los ingresos relacionados a Correa producto del trabajo intelectual del manejador, aunque mediante un acuerdo posterior en 2014 con la empresa The Legacy Agency (TLA) este redujo su porcentaje a 10% a cambio de un 40% de los ingresos que recibía esta segunda empresa.

Este relató en la demanda que su empresa CFK gastó unos $100,0000 entre octubre de 2012 y enero de 2017, a riesgo del empresario porque estaba acordado que no se le pagaría hasta que la carrera del pelotero comenzara a despegar, independientemente del riesgo de que fuera tronchada, como pudo haber pasado cuando sufrió una lesión en el 2014.

Asimismo, según uno de los documentos anejados en la demanda, TLA pretendía cobrarle a Correa por gastos que contractualmente le correspondían a Higginbotham.

“Les recuerdo el viejo dicho de que ‘El que paga mal paga dos veces’”, lee parte del anejo de seis páginas.