El veterano pelotero dominicano Edwin Encarnación, de los Indios de Cleveland, recordó hoy sus años como adolescente y de desarrollo en su béisbol en Puerto Rico, donde residió por más de cinco años, y en cuyo tiempo aprendió los fundamentos del deporte.

Encarnación, de 35 años, se encuentra en la isla junto a los Indios para la celebración de dos partidos oficiales de las Grandes Ligas -ayer, martes, y hoy, miércoles- frente a los Mellizos de Minesota, sumando otros históricos encuentros deportivos para el territorio caribeño.

Según rememoró Encarnación hoy a periodistas locales, llegó a Puerto Rico a sus 11 años junto a su familia, incluyendo su padre, quien trabajaba en la Universidad del Turabo.

Durante su adolescencia, a Encarnación lo matricularon para jugar en la Liga de Villa Blanca en Caguas, donde contó que aprendió los fundamentos del béisbol, elementos que en su país natal no se inculcan, según admitió.

"Aprendí los fundamentos, porque en Dominicana es batear y parar (fildear) y ya", resaltó Encarnación sobre aquellos momentos que lo transformaron a convertirse en uno de los toleteros más notorios en las Grandes Ligas.

"Uno los aprende después de viejo, pero si los practicas desde niño es más fácil", reconoció el recio bateador.

Fue así que Encarnación prosiguió su desarrollo en el béisbol, hasta que a sus 17 años y gracias al cazatalento puertorriqueño Johnny Ramos, que el dominicano fue elegido en el Sorteo de Novatos del año 2000 en la novena ronda por los Vigilantes de Texas mientras estudiaba en la Escuela Superior Manuela Toro de Caguas.

"Me siento muy orgulloso de venir a esta tierra y porque me abrieron las puertas junto a mi familia", dijo Encarnación, quien contó que luego de ser elegido en el Sorteo de Novatos, su familia se regresó a la República Dominicana.

En 14 temporadas, Encarnación ha sacudido 351 cuadrangulares, ha remolcado 1.053 carreras y anotado 929 otras.

Al estadio sanjuanero, Encarnación invitó a sobre una treintena de amistades residentes en Puerto Rico, y de quienes esperaba gran algarabía y buen ambiente como se le distingue a los puertorriqueños, en especial por el partido que abrirá el boricua José Orlando Berríos por los Mellizos.