Tan pronto finalizó el sexto partido de la Serie Mundial el martes, el utility boricua Enrique ‘Kike’ Hernández se quitó el uniforme y, aprovechando la noche de Halloween, se puso un disfraz de Chewbacca para atender a la prensa que quiso entrevistarlo en el camerino.

Esa personalidad de juglar, comediante y cheerleader mezclada con la de pelotero completo que a la hora de la verdad puede jugar segunda, siore o el outfield, que igual puede venir del banco como bateador o corredor emergente y actuar de cuarto bate en el lineup son las cualidades que han hecho de Hernández una figura importante para los Dodgers de Los Ángeles.

“Ese es Kike”, le dijo Joc Pedersen a un medio estadounidense. “Es comediante. Baila. Habla mucho. Y es un tipo muy divertido”.

Pero entre broma y broma hay que meter mano. Y hasta antes del partido de anoche, Hernández poseía el segundo mejor promedio entre los bates de los Dodgers (.320) en la postemporada.

En los 12 partidos que ha jugado, tiene ocho hits en 25 turnos. Entre esos ocho están los tres jonrones en un juego que sepultaron a los Cachorros de Chicago en la Serie de Campeonato, y un doblete. Además tiene cinco bases por bolas y ha anotado seis veces.

En la temporada regular con los Dodgers, Hernández jugó todas las posiciones excepto lanzador y receptor.

Con la poderosa maquinaria de los Dodgers del 2017, Hernández tuvo las mejores cifras de su carrera en turnos (297), partidos (140), carreras (46), hits (64), dobles (24), jonrones (11), remolcadas (37) y bases por bolas (41).

Hernández, nacido en San Juan, Puerto Rico, fue drafteado por los Astros de Houston en la sexta ronda del sorteo del 2009.

Con ellos realizó su debut en las Mayores el 1 de julio de 2014, pero 30 días más tarde fue enviado a los Marlins de Miami en una transacción por Jake Marisnick, Francis Martes y Colin Moran.

Su estadía en Florida no fue muy grata y tras solo 18 juegos fue canjeado a los Dodgers el 11 de diciembre de 2014 en una transacción que involucró a Dee Gordon.

Fue entonces que comenzó a absorber la vibra del camerino de los Dodgers, con figuras como Clayton Kershaw, Adrián González, Yasiel Puig y Justin Turner para mejorar la química y aportar a la unidad de la novena angelina.

La noche en que pegó tres jonrones ante Chicago, Carlos Correa le comento a un medio que Hernández “es realmente especial. Hizo que todo el mundo en Puerto Rico se sintiera muy orgulloso. Yo me sentí muy orgulloso por él. La gente hablaba de la manera en que Yasiel Puig, Justin Turner y Clay Bellinger estaban bateando, y entonces él hace eso. Fue como un sueño. Un jugador de Puerto Rico que hace que su sueño se haga realidad”.