Nueva York.- La nueva adición al arsenal de lanzamientos de Jeurys Familia entró en escena el 10 de agosto, un venenoso pitcheo que súbitamente bajó en la zona de strike para sorpresa del bateador Ben Paulsen de los Rockies de Colorado.

El cerrador de los Mets de Nueva York, que ya disponía de un repertorio con rectas, sinkers y sliders, incorporó un splitter que usualmente rompe en el plato con una velocidad promedio de 93 millas por hora.

El veredicto de sus colegas y rivales ha sido una reacción de asombro... y pavor.

"Ahora Familia está tirando un splitter a 95 millas por hora. ¿Estás loco? Es que nadie puede batear eso", dijo David Ortiz, el designado de los Medias Rojas de Boston tras enfrentar a su compatriota dominicano a fines de agosto.

El receptor Travis d'Arnaud subrayó que el splitter le ha dado "otra dimensión" a Familia. "Nunca había visto eso. Estamos hablando de un pitcheo de 96 millas con mucho movimiento que repentinamente lo ha incluido con los otros que ya de por sí eran muy buenos".

El splitter del derecho de 26 años surgió de su fallido intento por lanzar el cambio de velocidad, al sujetar las costuras de la bola con los dedos separados. Los coaches de pitcheo Dan Warthen y Ricky Bones le convencieron que empezara a usarlo, aunque al principio no se atrevía de hacerlo en situaciones de rescate.

"Ahora lo uso cada vez que puedo y no tengo miedo de hacerlo", contó Familia a The Associated Press. "Me tomó trabajo. Cuando tienes la confianza es más fácil. Es cierto lo que dicen. Un pelotero con confianza puede hacer muchas cosas grandes, y mi confianza solo crece y crece"

Ese grado de confianza —y ante todo su aplomo ante situaciones límite— le permitió a los Mets encontrar a un cerrador en medio del desconcierto al principio de la temporada.

Se suponía que su función este año iba a ser la de preparador de Jenrry Mejía. Pero cuando en la primera semana su amigo y compatriota fue suspendido por dopaje, Familia asumió la tarea de cerrador y acabó con efectividad de 1.85 y un total de 43 rescates, para igualar el récord de la franquicia que Armando Benítez estableció en 2001.

Familia lleva cuatro salvamentos esta postemporada, incluyendo uno de seis outs en el quinto y decisivo juego de la serie contra los Dodgers de Los Ángeles. Sólo ha tolerado dos hits y un boleto en siete innings y dos tercios en los playoffs.

Habría que remontarse a su momento más desalentador de la temporada, la absurda tarde del 30 de julio. Bajo la lluvia, Familia malogró un rescate tras permitir un jonrón de tres carreras de Justin Upton de San Diego.

"Fue cuando demostró que tenía esa fuerza mental para superar los momentos adversos", comentó el manager de los Mets Terry Collins. "Tiene todos los pitcheos para ser un lanzador dominante".

Y Familia también ha aprendido de los pitchers veteranos que los Mets han tenido en años recientes dentro de su staff, como Bartolo Colón y LaTroy Hawkins.

"Jeurys escucha todo lo que le dicen y lo pone en uso", resaltó Bones, el coach del bullpen. "La influencia de Bartolo ha sido enorme".

Y pensar que Familia no tenía al béisbol como su deporte predilecto en su infancia.

"Siempre desde niño me gustaba más el básquetbol que la pelota", contó el domingo en una charla con periodistas. "Pero cuando vi a la mayoría de los peloteros dominicanos cómo triunfaban en Grandes Ligas y el éxito que tenían fue algo que me llamó la atención. Quise intentarlo. Cuando firmé en 2007 fue algo que me dio la oportunidad de poder llegar a ser alguien como un David Ortiz, un Pedro Martínez".

En lo que resta de la temporada, mientras los Mets buscan su primer campeonato de la Serie Mundial desde 1986, Familia probablemente deberá aparecer antes del noveno, dependiendo de las urgencias de Collins.

Pero, en su primera postemporada, nada parece sacarle de su temperamento impasible.

"Nadie sabe si esto se repetirá, así que trato de disfrutarlo. Tengo el mismo enfoque sin importar el inning para cumplir con mi deber", zanjó.