Miles de boricuas ‘de acá’ y ‘de allá’ se contagiaron con la fiebre del certamen y viajaron a California para darle aliento al equipo patrio, que hoy continuará su participación en el Dodgers Stadium en Los Ángeles para el crucial partido de la semifinal ante Holanda.

Y el combinado boricua no ha decepcionado a su fanaticada al regalarle seis victorias en sus primeros seis compromisos.

“El sentimiento ha sido otro... no lo puedo explicar. Un orgullo brutal, y más que tenemos 6-0 contra las potencias del mundo. Tenemos un equipo incomparable, de mucha calidad. El equipo está a otro nivel”, dijo Sergio Ramírez, de 31 años, quien viajó desde San Juan.

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Este era uno de los que marchaba entre los pleneros fuera del estadio, luego del triunfo sabatino sobre Venezuela. Dijo que hubo que hacer un poco de sacrificio económico para hacer el viaje, pero aseguró que valió la pena cada centavo que gastó pues “esto ha estado a otro nivel”.

Entre los cánticos de ‘yo soy boricua… pa’que tú lo sepas’ que resonaban a las afueras del estadio, salía un grupo de amigos compuesto por Ramón Burgos, Danny Cox, Francisco Battistini y Genevieve. Cox viajó ocho horas desde San Francisco para apoyar al equipo, mientras que Battistini voló desde Miami. “Tuve que comprar un pasaje, pero había que venir a apoyarlos. Yo no fui a los juegos de Miami pero vinimos para acá. El equipo está bueno. Es joven e interesante, pero lo más que me gusta es que se nota que están disfrutando, y se siente como que es una familia. Eso los tiene bien unidos y eso es bueno verlo. El fuego que tenemos los boricuas se puede ver en ese equipo. Y son todos jóvenes, así que veo un futuro muy bueno”, dijo Battistini.

Finalmente, Adriana Rivera Paxman -que estaba arropada en una bandera puertorriqueña junto a su esposo- dijo que guiaron 10 horas desde Utah. “Ha estado tremendo. Fue un sentimiento increíble ver tanta gente de Puerto Rico con ese orgullo, con la bandera”.