Los fichajes de jugadores nuevos y agentes libres, unido al desarrollo de talentosos prospectos tenían a los fanáticos de los Cachorros de Chicago pensando que la famosa maldición de la cabra acabaría esta temporada.

Pero pese a todos los cambios y a la contratación del veterano dirigente Joe Maddon, los Cachorros apenas juegan para .500 y ya se encuentran a seis juegos y medio de desventaja de los líderes de la División Central de la Liga Nacional, los Cardenales de San Luis.

Los Cachorros actualmente ostentan la racha más larga en la historia de las Grandes Ligas para un equipo que no ha ganado una Serie Mundial: Chicago ganó su última Serie Mundial en el 1908, y desde entonces han pasado 106 años en los que el equipo ha fallado en disputar el cetro nacional.

No obstante, la llegada del ex gerente general de los Medias Rojas de Boston, Theo Epstein, trajo consigo una reestructuración de la plantilla, incluyendo la contratación de los estelares lanzadores Jon Lester (ex lanzador de los Medias Rojas bajo el mando de Epstein) y Jason Hammel, y adquirieron mediante cambio al sólido receptor Miguel Montero y al jardinero Dexter Fowler.

Como si fuera poco, los Cachorros apuntaron a que su gran cantera de talento joven, liderado por Kris Bryant y el boricua Javier Báez, despuntaría este año para ayudar en la producción ofensiva, aspecto que fue una de las debilidades de la novena el año pasado.

Sin embargo, Chicago perdió el partido inaugural ante sus rivales seccionales, los Cardenales, y ahora juegan para .500 con foja de 15-15. Los Cachorros están en carrera para superar los 1,600 ponches, su producción ofensiva ha sido inconsistente y, peor aún, su rotación de lanzadores no ha dado los resultados esperados, en especial los relevistas entre las entradas cinco y seis.

“Este equipo es mucho mejor como para estar jugando para .500. Hemos perdido varios partidos que en realidad debimos ganar y nosotros somos parte del problema. Sabemos que podemos derrotar a estos equipos y lo haremos una vez encontremos nuestro ritmo”, indicó el lanzador Kyle Hendricks al periódico Chicago Tribune luego de la derrota, 3-2, en 11 entradas contra los Cerveceros de Milwaukee mediante sencillo con las bases llenas del boricua Martín Maldonado.

La rotación de relevistas ha fallado en preservar varios partidos en los que Chicago tuvo ventajas, lo que es un problema mayúsculo según resaltó Maddon. Los lanzadores Brian Schlitter, Phil Coke, Jason Motte, Gonzalez Germen y Edwin Jackson han fallado, en varias ocasiones, en relevar efectivamente en las entradas cinco y seis.

“Eso, para mí, es vital. El poder proteger una pequeña ventaja o desventaja en las entradas intermedias es lo que separa a los equipos buenos. En estos momentos estaríamos en una mejor posición si realizáramos un mejor trabajo en las entradas intermedias (entradas cinco y seis)”, dijo Maddon a ESPN.com.