COOPERSTOWN, NUEVA YORK. En este pueblo ya se imaginan el día en el que se escuchará por los altoparlantes de la ceremonia de exaltación del Salón de la Fama en el 2020 la voz clásica del fénecido anunciador del Yankee Stadium, Bob Sheppard decir: ‘Ahora bateando por los Yankees, el campocorto, el número 2, Derek Jeter’.

Ya dicen que será un momento apoteósico.

“Yo lo que quiero es que llegue ese momento. Eso será grande”, dijo el chófer de guagua para el Salón de la Fama, Bob Marron.

El Capitán de los Yankees es elegible para las votaciones del Salón de la Fama en el 2019 y sería candidato a exaltación en el 2020. En su caso, se anticipa que el siore entrara ‘de cabeza’ en su primera oportunidad por lo que hizo con los Yankees y por lo que representó para Nueva York y el béisbol.

Jeter es uno de los grandes de los Yankees junto a Babe Ruth, Joe DiMaggio, Mickey Mantle y Yogi Berra, quienes están todos en el Salón de la Fama.

Tanto se anticipa su exaltación que las tiendas de artículos deportivos de este pueblo ya venden entre sus mercancías camisetas relacionadas a Jeter y a su entrada a Cooperstown. Venden, por ejemplo, una camiseta que tiene impreso el siguiente comentario: “Estaré aquí en el 2020 por el Capitán”.

Se anticipa que sobre 100,000 fanáticos lleguen hasta el pequeño pueblo de Cooperstown para presenciar la exaltación de Jeter. Ese número se calcula a base de multiplicar por dos las asistencias pasadas que han sido buenas en Cooperstown, como la del siore Carl Ripken y el jardinero Tony Gwynn, quienes entraron juntos al Salón en el 2007 y atrajeron 75,000 fanáticos hasta aquí.

Entre esos 100,000 fanáticos quiere estar Jackie Brown, una servicial dama que trabaja para el Salón, que ha vivido 24 exaltaciones y que tiene una situación existencial para ese año 2020.

Sucede que su año de jubilación será el 2019. Pero en lo menos que está pensando Brown ese en el retiro, sino en cómo estirar su jornal hasta el 2020 y trabajar en la exaltación de Jeter para presenciarla y entonces anunciar su retiro.

“Ya se lo dije a mi jefe y el me dijo que me tengo que jubilar. Pero está bromeando. No puede ser”, dijo.